Moniciones Lecturas y Evangelio de hoy Domingo 9 de Febrero del 2025- V Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo C

Tips Litúrgicos

Color: Verde// V Semana del Tiempo Ordinario; // se Celebra Misa del Domingo, prefacio Dominical; Se Prohiben las Misas de Difuntos, Excepto la exequial.

Lecturas del Dia:

1ª Lectura: Is 6,1-2.3-8

Salmo: Sal 137;

2ª Lectura: 1Cor 15, 1-11

Evangelio: Lc 5, 1-11 “ Rema mar adentro ”

LITURGIA DE LAS HORAS: Del Domingo

Este año se omite la memoria de San Miguel Febres-Cordero Muñoz

Monicion de Entrada

Hermanos y hermanas, nos reunimos hoy para escuchar la voz del Señor que nos llama a seguirlo. Al igual que el profeta Isaías, somos invitados a responder a su llamada y a poner nuestros talentos al servicio de su Reino. Con corazones abiertos, preparemos nuestros oídos para escuchar su palabra.

Monicion de la Primera Lectura

En la primera lectura, el profeta Isaías tiene una visión del Señor en su templo. Al contemplar la santidad de Dios, Isaías se siente indigno y reconoce su pecado. Sin embargo, Dios lo purifica y lo envía a anunciar su mensaje de salvación. Esta experiencia nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vocación y a responder al llamado de Dios con generosidad.

PRIMERA LECTURA

Lectura del Profeta Isaías 6, 1-2a. 3-8

El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo.

Junto a él estaban los serafines, y se gritaban uno a otro diciendo:
«¡Santo, santo, santo es el Señor del universo, llena está la tierra de su gloria!».

Temblaban las jambas y los umbrales al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo.

Yo dije:
«¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de gente de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Señor del universo».

Uno de los seres de fuego voló hacia mí con un ascua en la mano, que había tomado del altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo:
«Al tocar esto tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado».

Entonces escuché la voz del Señor, que decía:
«¿A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?».

Contesté:
«Aquí estoy, mándame».

Palabra de Dios.

Salmo

Salmo 137, 1-2a, 2bc-3. 4-5 7c-8 R/. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario. R/.

Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande. R/.

Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.

Monicion de la Segunda Lectura

En la carta a los Corintios, San Pablo nos recuerda el misterio de la fe: la resurrección de Jesucristo. Esta verdad fundamental de nuestra fe nos da la esperanza de la vida eterna y nos impulsa a anunciar el Evangelio a todos los hombres. Al escuchar estas palabras, reafirmamos nuestra fe en Cristo resucitado.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 15, 1-11

Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados, y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano.

Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.

Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios.

Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto yo como ellos predicamos así, y así lo creísteis vosotros.

Monicion del Evangelio

En el Evangelio de hoy, asistimos al llamado de los primeros discípulos. Jesús los invita a dejar sus redes y a seguirlo. Al igual que ellos, nosotros también somos llamados a dejar atrás todo lo que nos ata y a seguir a Jesús. La pesca milagrosa nos muestra el poder de Dios para transformar nuestras vidas.

Evangelio de hoy en Audio

Evangelio del día de Hoy

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 5, 1-11

En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.

Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.

Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».

Respondió Simón y dijo:
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».

Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:
«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».

Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.

Y Jesús dijo a Simón:
«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».

Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Palabra del Señor.

Reflexión del Domingo de la Quinta semana del Tiempo Ordinario

Una Nueva Vocación

Las lecturas de este domingo nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia vocación y a responder al llamado de Dios con generosidad.

Isaías y la vocación profética: El profeta Isaías, al contemplar la santidad de Dios, experimenta un profundo sentimiento de indignidad. Sin embargo, Dios lo purifica y lo envía a anunciar su mensaje de salvación. Esta experiencia nos muestra que la vocación es un don de Dios y que todos estamos llamados a ser sus instrumentos.

El Salmo 137 y el exilio: El salmista, lejos de su tierra, expresa su anhelo por Jerusalén. Sin embargo, a pesar del dolor y la tristeza, mantiene viva su esperanza en Dios. Su canto nos recuerda que podemos encontrar consuelo y fuerza en Dios, incluso en los momentos más difíciles.

Pablo y la resurrección: San Pablo nos recuerda el corazón de la fe cristiana: la resurrección de Jesucristo. Esta verdad fundamental nos da la esperanza de la vida eterna y nos impulsa a anunciar el Evangelio a todos los hombres.

Lucas y el llamado de los primeros discípulos: La vocación de los primeros discípulos nos muestra que Dios llama a personas ordinarias para realizar una obra extraordinaria. Al igual que Pedro y los demás apóstoles, nosotros también estamos llamados a dejar atrás nuestras seguridades y a seguir a Jesús.

¿Qué podemos aprender de estas lecturas?

  • Dios nos llama a todos: Cada uno de nosotros está llamado a una misión específica en la vida.
  • La importancia de la comunidad: La comunidad cristiana es fundamental para nuestro crecimiento espiritual.
  • La esperanza en la resurrección: La muerte no tiene la última palabra. Jesús ha vencido a la muerte y nos ofrece la vida eterna.

¿Cómo podemos aplicar esto a nuestra vida?

  • Escuchar la voz de Dios: Dedicar tiempo a la oración y a la lectura de la Biblia para descubrir la voluntad de Dios para nuestra vida.
  • Responder al llamado de Dios: Estar dispuestos a salir de nuestra zona de confort y a servir a los demás.
  • Fortalecer nuestra fe: Participar activamente en la vida de la Iglesia y compartir nuestra fe con los demás.

Las lecturas de este domingo nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia vocación. ¿Cuál es nuestra misión en la vida? ¿Cómo podemos poner nuestros talentos y habilidades al servicio de Dios y de los demás?

Oración:

Señor, ayúdanos a escuchar tu voz y a responder a tu llamado con generosidad. Concédenos la gracia de vivir una vida plena y significativa, siguiendo tus pasos. Amén.

Algunas preguntas para profundizar:

¿Cómo puedes compartir tu fe con los demás?

¿Qué significa para ti ser llamado por Dios?

¿Cuáles son los obstáculos que te impiden responder plenamente a la llamada de Dios?

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