La caída de Facebook y la pastoral digital
Hoy hemos presenciado unos de los acontecimientos más extraños de los últimos años, la caída de la empresa digital más grande e importante de los últimos tiempos… la monumental Facebook.
Recuerdo la primera vez que escuché de la aplicación, estaba en el Seminario y me invitaron a abrir una cuenta. Era la época de hotmail, era el inicio de gmail al cual se accedía solo con invitación y ofrecía almacenamiento ilimitado gratuito (hoy sabemos que era una estrategia de marketing, porque nada es gratis.
Facebook no necesita presentaciones, es una «red social» que viene apoderándose de nuestra manera de interactuar con el mundo de una manera impresionante.
¿Qué es facebook?
Facebook es una empresa, cuyo base es un algoritmo, un número, pero no cualquier código, es un código que se basa en inteligencia artificial.
Digamos que es un programa informático que procesa una información impresionante, para eso necesita supercomputadoras, basado en aprendizaje automático y que busca «pensar» o asemeja la manera humana de hacerlo. Facebook, la gran empresa, tiene como objetivo «unir a las personas», o al menos eso es lo que nos dicen.
Los datos personales
Facebook recopila una impresionante cantidad de datos personales, no sólo si usas su plataforma, también si usas otras aplicaciones dependientes de de ella.
Una persona promedio tiene una cuenta de Instagram, de Facebook y de Whatsapp. Puesto que Whatsapp se ha convertido en la aplicación de mensajería instantánea del momento.
¿Imagínate esas tres aplicaciones sincronizadas? Intercambiando tus movimientos y comportamientos en el mundo real y en ciberespacio. Cada click, en algunos casos, cada página visitada, cada persona que sigues en Instagram, tus amigos de Whatsapp a los que les escribes, con quién y a qué horas. Sí, Facebook tiene un perfil psicológico de usuario más complejo que el que podría diseñar un psicólogo.
El Peligro de la dependencia
Nos hemos convertido peligrosamente dependientes de una sola compañia, compañia que dicho sea de paso, enfrenta graves denuncias por uso indebido de datos personales como el que enlodó la campaña de Donald Trump con el Caso de Cambrige Analítica. Millones de perfiles de usuario fueron filtrados y con la ayuda de la escritura autómatica, inteligencia artificial, lograron alterar la tendencia electoral de Estados Unidos. Sí, una compañia hizo posible que la democracia tal como la conocemos hoy tambalee.
Los Datos en la Iglesia
La Iglesia ha preservado y cuidado sus datos. Para ella la memoria es importante porque su fe se basa en hechos históricos. La realidad de la redención ocurrió en una época determinada, en ciudades concretas. Al principio el testimonio de testigos presenciales (oculares) luego la oralidad pasó a ser testamento escrito. Según dicen algunos pequeños escritos aislados que luego fueron compilados en relatos más ordenados. Estos escritos, evangelios y cartas eran leídas con reverencia en las celebraciones litúrgicas donde la asamblea realizaba la con-memoración (amamnesis).
También la realidad sacramental tomó un elemento jurídico. Así que los registros y los datos se tomaban con diligencia, no sólo eran nombres y fechas, eran acontecimientos salvíficos.
La importancia de los datos en la evangelización
Nosotros en la Iglesia usamos datos personales, si nos lo propusiéramos seríamos la institución con la mejor compilación de datos personales de la humanidad. De hecho ya lo somos, toda esta cantidad de registros que llevamos (Bautizos, confirmaciones, matrimonios, defunciones, anales, libros de gobierno, entre otros) nos hace darnos cuenta de que tenemos en nuestras manos un tesoro para el presente y también para las generaciones futuras.
El Quid
El detalle del asunto es que hemos perdido capacidad de procesar y recopilar estos datos, la capacidad de usarlos para el bien común, para la creación de conciencia ciudadana y para la Evangelización.
Otras instituciones e instancias están recopilando los datos porque saben que el valor del futuro será el valor del conocimiento. Con una buena estructura de datos pudiéramos comunicarnos mejor con nuestra feligresía, segmentar mejor a nuestros miembros y dirigirnos a ellos conforme a su propio lenguaje.
La inculturación del evangelio pasa también por inculturación de la más grande cultura de las próximos decenios, el de la internet y la big data.
Ya no es la Evangelización del futuro. Es la Evangelización del presente.
Padre José Toro.