VIDA Y PROTOCOLO DE ENTIERRO DEL PAPA EMERITO BENEDICTO XVI.

El papa que sacudió la Iglesia católica luego de seiscientos años, falleció a los 95 años y esta situación, nuevamente, plantea una situación histórica, para la sede apostólica, ya que la muerte del papa emérito Benedicto XVI es un hecho insólito que no ocurría desde el año de 1415.
Benedicto XVI muere en el cargo debido a su histórica renuncia en 2013.Además esta será
la primera vez en la historia que un pontífice oficia la ceremonia fúnebre de su antecesor
inmediato.
Joseph Alois Ratzinger nació el 16 de abril de 1927 en el pueblo bávaro de Marktl am Inn.
Su padre, también llamado Joseph, era un policía rural que “era trasladado con frecuencia, por
lo que estábamos continuamente de viaje”, escribió Benedicto en unas memorias. Benedicto
dijo que su padre se había opuesto a Hitler, motivo suficiente para que la familia se mudara
repetidamente. Joseph y su esposa, María, cocinera de pequeñas posadas, tuvieron otros dos
hijos: María, nacida en 1921, y Georg, en 1924.
El haber crecido cerca del río Inn, el cual está rodeado de colinas y bosques, tal vez, tuvo
la influencia en Joseph, quien quedó marcado por la fe de los “simples creyentes” rurales. Y es
sabido que constantemente visitaba el santuario de la Virgen María en la cercana Altötting.
Joseph quiso ser sacerdote desde muy joven. A los 5 años, formó parte de un grupo de niños
que regalaron flores al arzobispo de Múnich. Después, anunció su intención de ser cardenal.
(Luego dijo que también había considerado pintar casas). Su hermano Georg también se
convirtió en sacerdote.
Así como toda comprensión de Juan Pablo II, parte de sus raíces en la Polonia comunista
como Karol Jozef Wojtyla, toda comprensión de Benedicto XVI debe tener en cuenta que llegó a
la mayoría de edad en la conservadora y religiosa Baviera, en medio de la vorágine que
representaba la Segunda Guerra Mundial. Junto con el resto de los alumnos de su escuela,
Joseph fue inscrito automáticamente en las Juventudes Hitlerianas, en 1941. Dos años más
tarde, siendo seminarista, fue reclutado por el ejército, destinado primero a una unidad
antiaérea y más tarde a la infantería. Nunca fue enviado al frente. Sin embargo, no existen
pruebas de que tuviera simpatías nazis, como algunos insinuaron después de que se convirtió
en pontífice. Lo que si pareciera seguro es su deserción del ejército hacia el final de la guerra,
pasando meses en un campo de prisioneros de guerra estadounidense antes de ser liberado en
junio de 1945.
Más tarde, como arzobispo de Múnich de 1977 a 1982, habló poco del Holocausto o de
la culpabilidad histórica de Alemania, aunque desempeñó un papel importante en los esfuerzos
de Juan Pablo II por reparar la ruptura entre judíos y cristianos. Sin embargo, la guerra marcó su
forma de pensar: veía a la Iglesia bávara como una raíz de oposición al Tercer Reich.En una visita
al complejo de campos de exterminio de Auschwitz y Birkenau en 2006, Benedicto dijo del
régimen de Hitler: “Dios finalmente tuvo que morir, y el poder tuvo que pertenecer solamente
al hombre, a estos hombres que pensaban que por la fuerza se habían hecho dueños del
mundo”. Al exterminar a los judíos, dijo, “en última instancia querían arrancar la raíz de la fe
cristiana y sustituirla por una fe de su propia invención: la fe en el gobierno del hombre, el
gobierno de los poderosos”.Benedicto creía que el único antídoto contra el totalitarismo ateo
era la obediencia a la Iglesia, un credo que, según sus críticos, dejaba poco margen para una
oposición razonada dentro del catolicismo.
Después de la guerra, Joseph y Georg reanudaron su preparación para el sacerdocio y se
ordenaron el mismo día, el 29 de junio de 1951. Joseph se doctoró con una tesis sobre san
Agustín y obtuvo su cátedra con un tratado sobre san Buenaventura.La estatura del padre
Ratzinger como teólogo creció mientras enseñaba en Frisinga, Bonn y Múnich. Sus colegas
decían desde entonces que estaba destinado a un gran futuro. Para el año 1962, asumió como
asesor teológico del cardenal Joseph Frings de Colonia en el Concilio Vaticano II. Para los
jóvenes y ambiciosos sacerdotes de aquella época —el padre Ratzinger tenía 35 años— el
cónclave era crucial.
El Concilio había sido convocado ese año por el papa Juan XXIII para poner a la Iglesia de
casi 2000 años de antigüedad en sintonía con el mundo moderno. El padre Ratzinger era uno de
los reformistas, aunque prudente: modernizaría la Iglesia respetando sus tradiciones. Durante el
Concilio Vaticano II, ejerció su influencia impartiendo seminarios y escribiendo discursos y
comentarios.
En el centro de lo que muchos llaman el “mito Ratzinger” está cómo este reformador se
convirtió en una de las voces más conservadoras de la Iglesia. “En la imaginación de algunos
críticos liberales, la historia de la vida de Ratzinger sería un guion digno de George Lucas”,
escribió Allen en su biografía Cardinal Ratzinger (2000).El padre Ratzinger se había alineado con
los reformadores del Vaticano II en cuanto a la flexibilización de la autoridad central de Roma, al
restringir su capacidad para censurar a los teólogos y prescindir de la misa en latín, que él
calificaba de “arqueológica”.Sin embargo, años más tarde, como jefe de la Congregación para la
Doctrina de la Fe del Vaticano, fue enfático en afirmar la autoridad de Roma, censurando a los
teólogos y abogando por una mayor libertad para usar la misa en latín.Negó que sus puntos de
vista hubieran cambiado. “No veo ningún cambio en mis posiciones teológicas a lo largo de los
años”, declaró a la revista Time en 1993.
La Iglesia católica tiene protocolos estrictos bien establecidos para poner en acción tras
la muerte de un Papa, pero no contempla en su articulado como deben ser las exequias en un
caso como este. Sin embargo, se ha realizado sólo obviando algunos detalles de cómo sería si
fuera un pontífice en ejercicio. Cuando Benedicto XVI dimitió en 2023 citando su avanzada
edad, se convirtió en el primer papa en 600 años en dejar el cargo. En efecto, durante casi una
década ha habido dos papas viviendo uno al lado del otro en el Vaticano, porque Benedicto ha
permanecido en los jardines del Vaticano en el monasterio Mater Ecclesiae, apareciendo
esporádicamente junto a su sucesor.
BIBLIOGRAFIA DE VARIOS RECURSOS DE LA WEB