¿Cómo cantar música católica?

El ministerio de música es un grupo, al igual que los otros que forman parte de la parroquia, muy importante; sus participantes son los encargados de animar y representar sonoramente los ritos y liturgias que forman parte de la misa.

Este ministerio es un servicio que busca alabar y adorar a través de cantos al Señor, Jesús.

La Música como elemento evangelizador

Sin lugar a dudas, la música es un elemento que, bien usado, ayuda a la comunidad a disfrutar aún más de la celebración eucarística, su función es acompañar y es esta particularidad lo que permite que el fiel tenga un máximo provecho espiritual y un mayor acercamiento con Dios y con todo aquello que Él nos quiera compartir.

“El coro no es un elemento extraño a la asamblea sino que hace parte del pueblo de Dios que vive la celebración. Su tarea es acompañar a la comunidad en la alabanza a Dios a través del canto” Mio canto é il Signore.

Música que sirva a Dios

Los músicos o animadores de la misa deben siempre estar dispuestos a servir a Dios con su labor, es su objetivo principal, sin embargo; también debe servir al sacerdote y a la feligresía. Es por ellos que en algunas oportunidades siempre es necesaria la comunicación frecuente con el sacerdote o con la comisión de liturgia parroquial en caso de haberla.

¿Cómo deben ser los cantos?

La música debe ir acorde al tiempo litúrgico que se celebra para que sea más efectiva su labor; Los cantos que se realizan deben ser cortos y fáciles de aprender para la congregación, de ser posible debe contener información basada en los textos bíblico o en solemnidades específicas para poder que sean una expresión musical de lo que se celebra y, además, que pueda cumplir su función de predicar la Palabra de Dios.

Todo coro que forme parte de la iglesia o no, debe ir preparado para cualquier evento, los cantos que realicen deben ser los adecuados según la celebración, y por supuesto, debe siempre buscar integrar a los presentes, hacerles sentir a gusto con lo que escuchan ya que es una forma de orar y dar gracias a Dios, no en vano San Agustín decía que todo “el que cante ora dos veces”.

El músico debe ser instrumento del Señor

«Pues aquel que canta alabanzas, no solo alaba, sino que también alaba con alegría; aquel que canta alabanzas, no solo canta, sino que también ama a quien le canta. En la alabanza hay una proclamación de reconocimiento, en la canción del amante hay amor» San Agustín.

Para ser instrumentos del Señor los miembros del ministerio de música estamos llamados al estudio constante, a comprender el mensaje que Dios nos comparte para poder expresarlo a través de la voz o de tocar un instrumento musical; Debemos usar nuestras voces, manos, pies y todo el cuerpo para alabar y dar gracias por todas las cosas buenas que el Padre nos da.

El cuerpo como instrumento

El músico católico se apoya con el instrumento que ejecuta, pero su principal instrumento es su cuerpo con el que alaba. Sus cuerdas vocales se convierten en un instrumento de adoración y de animación de la asamblea y su caja toraxica se convierte en caja de resonancia para potenciar la Palabra de Dios contenida en las canciones que ejecuta.

Los santos que canta

El ministerio de la música es uno de los más hermosos de la Iglesia. Recuerda que el libro del Apocalipsis presenta el cielo llenos de coros angélicos, de los santos y mártires que por toda la eternidad ejecutan cantos a Dios, es lo que proclamamos en cada eucaristía. Podríamos decir que en el cielo ya no serán necesarios la mayoría de los ministerios, el único que continuará operativo es el ministerio de música al que todos perteneceremos. ¿Interesante verdad?

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