- Moniciones de la fiesta de Santiago Apóstol
- Monición de entrada
- Monición a la primera lectura
- PRIMERA LECTURA
- Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 33; 5, 12. 27-33; 12, 2
- Salmo responsorial: Salmo 66, 2-3. 5. 7-8 (R.: 4)
- SEGUNDA LECTURA
- Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15
- EVANGELIO
- Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 20-28
- Oración de los fieles
- Reflexión al evangelio
- Fuentes
- Oración de acción de gracias
- Liturgia de Santiago Apóstol para imprimir
Rojo// Santiago, Apóstol; fiesta // Misa de la fiesta, prefacio de los apóstoles // 1ª Lectura: Hch 4,33;5,12.27-33;12,2 o bien 2 Cor 4,7-15; Salmo: Sal 66; Evangelio: Mt 20,20-28.
*Arquidiócesis de Caracas: Santiago, apóstol, Patrono de la Arquidiócesis (solemnidad). XVI semana del T. O. Año impar
Moniciones de la fiesta de Santiago Apóstol
Monición de entrada
Hermanos y hermanas, bienvenidos a esta celebración eucarística en la que conmemoramos la fiesta de Santiago Apóstol, patrono de España y de muchos otros lugares del mundo. Santiago fue uno de los doce apóstoles elegidos por Jesús, uno de los tres que formaban el grupo más íntimo del Señor y el primero que dio testimonio de su fe con el martirio. La tradición nos dice que Santiago predicó el Evangelio en España y que sus restos fueron trasladados a Compostela, donde se veneran desde hace siglos. Hoy queremos dar gracias a Dios por el don de su vida y de su intercesión, y pedirle que nos conceda seguir su ejemplo de entrega y fidelidad al Señor. De pie, por favor, para recibir al celebrante con el canto de entrada.
Monición a la primera lectura
En la primera lectura tenemos dos opciones: leer un pasaje del libro de los Hechos de los Apóstoles, que nos narra el martirio de Santiago a manos del rey Herodes Agripa I. Escuchemos con atención.
PRIMERA LECTURA
El rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 33; 5, 12. 27-33; 12, 2
En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo.
Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó:
—«¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre».
Pedro y los apóstoles replicaron:
—«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen».
Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos.
Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 66, 2-3. 5. 7-8 (R.: 4)
R.Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.
SEGUNDA LECTURA
Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15
Hermanos:
El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros.
Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.
Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros.
Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.
Palabra de Dios.
Aleluya
Astro brillante de España,
apóstol Santiago, tu cuerpo descansa en la paz,
tu gloria pervive entre nosotros.
Monición al evangelio
El evangelio nos presenta una escena en la que la madre de Santiago y Juan le pide a Jesús que les conceda sentarse a su derecha y a su izquierda en su reino. Jesús les responde que no saben lo que piden y les pregunta si están dispuestos a beber el cáliz que él va a beber. Con esta pregunta les anuncia el camino del sufrimiento y del martirio que les espera por seguirle. Santiago fue el primero en beber ese cáliz y en compartir la gloria del Señor. Puestos de pie, aclamemos con alegría la palabra del Señor.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 20-28
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó:
—¿«Qué deseas?».
Ella contestó:
—«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó:
—«No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron:
—«Lo somos».
Él les dijo:
—«Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo:
—«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Hermanos y hermanas, elevemos nuestra oración al Padre que nos ha llamado a seguir a su Hijo Jesús, el apóstol y sumo sacerdote de nuestra fe. Digamos confiadamente:
SEÑOR, ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN
- Por la Iglesia, para que sea fiel al mandato de Jesús de anunciar el Evangelio a todas las naciones, y para que cuente con el testimonio valiente y generoso de sus pastores y de todos sus miembros. Roguemos al Señor
- Por el papa Francisco, los obispos, los sacerdotes y los diáconos, para que ejerzan su ministerio con humildad y caridad, siguiendo el ejemplo de Santiago Apóstol, que dio su vida por Cristo. Roguemos al Señor
- Por los gobernantes y los responsables de la paz y la justicia en el mundo, para que respeten la dignidad y los derechos de todas las personas, especialmente de los más pobres y marginados, y para que promuevan el diálogo y la solidaridad entre los pueblos. Roguemos al Señor
- Por los enfermos, los ancianos, los que sufren por la violencia, la guerra o la pandemia, para que experimenten el consuelo y la esperanza de Dios, y para que reciban la ayuda fraterna de sus hermanos. Roguemos al Señor
- Por nuestra comunidad parroquial, para que crezca en la fe, la esperanza y el amor, y para que dé testimonio de Cristo con obras de misericordia y de servicio. Roguemos al Señor
Escucha, Padre bueno, las súplicas de tu pueblo, y concédenos lo que te pedimos por intercesión de Santiago Apóstol, tu siervo fiel. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén
Reflexión al evangelio
El evangelio de hoy nos presenta una escena en la que la madre de Santiago y Juan le pide a Jesús que les conceda sentarse a su derecha y a su izquierda en su reino. Jesús les responde que no saben lo que piden y les pregunta si están dispuestos a beber el cáliz que él va a beber. Con esta pregunta les anuncia el camino del sufrimiento y del martirio que les espera por seguirle. Santiago fue el primero en beber ese cáliz y en compartir la gloria del Señor.
Esta escena nos muestra la grandeza y la debilidad de los apóstoles, que aspiran a la gloria, pero no entienden el precio que hay que pagar por ella. Jesús no los rechaza ni los desilusiona, sino que los educa y los purifica, haciéndoles ver que su reino no es de este mundo, sino que se basa en el amor y el servicio. Jesús les enseña que para ser grandes hay que ser pequeños, para ser primeros hay que ser últimos, para reinar hay que servir, para vivir hay que morir.
Santiago aprendió esta lección y la puso en práctica. Según la tradición, fue el primer apóstol que predicó el Evangelio en España, donde sembró la semilla de la fe con su palabra y con su ejemplo. Después regresó a Jerusalén, donde fue decapitado por orden del rey Herodes Agripa I, convirtiéndose en el primer apóstol mártir. Sus restos fueron trasladados a Compostela, donde se veneran desde hace siglos como un signo de esperanza y de intercesión.
La fiesta de Santiago Apóstol nos invita a renovar nuestra fe y nuestro compromiso con Cristo y con su Iglesia. Nos invita a seguir el ejemplo de Santiago, que dejó todo por seguir a Jesús, que le acompañó en los momentos más importantes de su vida, que le amó hasta dar la vida por él. Nos invita a beber el cáliz de Jesús, es decir, a aceptar con amor y confianza todo lo que él nos pide y nos envía, especialmente las cruces y las dificultades. Nos invita a servir con humildad y generosidad a nuestros hermanos, especialmente a los más necesitados y a los más alejados. Nos invita a anunciar con valentía y alegría el Evangelio a todos los hombres, especialmente a los que no lo conocen o lo han olvidado.
Pidamos al Señor que nos conceda la gracia de ser sus verdaderos discípulos y apóstoles. Que nos dé un corazón ardiente y fiel como el de Santiago. Que nos dé un espíritu fuerte y generoso como el de Santiago. Que nos dé una vida entregada y fructífera como la de Santiago.
Fuentes
- Mt 20, 20-28 (Evangelio – Solemnidad de Santiago Apóstol)
- Fiesta de Santiago, Apóstol | USCCB
- 25 de julio: Santiago apóstol - Opus Dei
- Catholic.net - Santiago Apóstol
- Reflexión al Evangelio 25 de Julio | Santiago, Apóstol – Fiesta
Oración de acción de gracias
Padre nuestro, que estás en el cielo, te damos gracias por la fiesta de Santiago Apóstol, tu siervo fiel y amigo de tu Hijo Jesús. Te damos gracias por el don de su vida y de su testimonio, por el celo con que predicó tu palabra y por el valor con que derramó su sangre. Te damos gracias por la semilla de fe que sembró en España y en otros lugares del mundo, y por la devoción que suscita entre tantos peregrinos que acuden a su tumba. Te damos gracias por su intercesión poderosa y maternal, que nos ayuda y nos protege en nuestras necesidades y dificultades.
Te pedimos, Padre bueno, que por su intercesión nos concedas la gracia de ser fieles a tu voluntad y a tu Iglesia, de seguir a Jesús con amor y generosidad, de servir a nuestros hermanos con humildad y caridad, de anunciar el Evangelio con valentía y alegría. Te pedimos que nos ayudes a beber el cáliz de Jesús, a compartir sus sufrimientos y su gloria, a dar nuestra vida por él y por los demás.
Te ofrecemos, Padre nuestro, esta celebración eucarística, en la que nos unimos al sacrificio de tu Hijo y al sacrificio de Santiago Apóstol. Te ofrecemos nuestra alabanza y nuestra acción de gracias, nuestro arrepentimiento y nuestra súplica, nuestra ofrenda y nuestra comunión. Te ofrecemos todo lo que somos y lo que tenemos, para que lo transformes y lo santifiques.
Te alabamos, Padre nuestro, por tu bondad y tu fidelidad, por tu misericordia y tu providencia. Te alabamos por tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Te alabamos por el Espíritu Santo, fuente de vida y de santidad. Te alabamos por Santiago Apóstol, patrono y protector nuestro. Te alabamos por todos los santos y los ángeles, que nos acompañan y nos animan. Te alabamos por toda la Iglesia, tu pueblo santo y peregrino.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén
Liturgia de Santiago Apóstol para imprimir
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