La parábola del sembrador nos enseña que la palabra de Dios es como una semilla que cae en diferentes tipos de terreno. Algunos terrenos no son buenos para que la semilla crezca y dé fruto, como el camino, la tierra pedregosa o la tierra con espinos. Otros terrenos son buenos y hacen que la semilla dé mucho fruto, como la tierra buena. Jesús quiere que nuestro corazón sea como la tierra buena, que escucha, comprende y practica su palabra. Así podremos dar frutos de amor, de paz, de alegría y de bondad.
En esta imagen puedes ver al sembrador lanzando las semillas sobre los diferentes terrenos. También puedes ver los frutos que dan las semillas en la tierra buena. Colorea la imagen con los colores que más te gusten y piensa cómo puedes hacer que tu corazón sea tierra buena para la palabra de Dios.
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