El Anillo Mágico del Rey Salomón

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A continuación te presentaremos un artículo sobre el El Salomón apócrifo y su anillo mágico, una tradición judía que recibe Jesús y que encontramos en el Evangelio de Lucas.

¿Apócrifo?

Con la palabra apócrifo se ha señalado frecuentemente a la tradición extra canónica bajo un carácter fabuloso, supuesto o falseado.

Se trata desde luego de una visión restringida y sesgada, que impide sopesar con ponderación la verdadera dimensión de esa compleja tradición oral y escrita, que circulaba entre las antiguas comunidades judías y judeocristianas sobre los más célebres patriarcas bíblicos.

Esta tradición conforma un conjunto de historias que nos presentan aspectos inusuales y sorprendentes de personajes como Adam, Eva, Moisés, José, Daniel o Salomón; nos resultan inusuales y nos parecen falsas por formar parte de una colección de escritos excluidos del actual canon bíblico, tanto judío, como cristiano.

Pero, a la luz de los más recientes estudios, comienza a cobrar un nuevo cariz la vieja sospecha que ve en estos escritos la recopilación de tradiciones orales que formaban parte del pensamiento religioso judaico, antes de que los textos bíblicos fuesen plenamente consensuados.

¿Qué es un libro apócrifo?

Mucha de la confusión que hay al respecto tal vez no sólo se deba al desconocimiento de esta condición de la antigua tradición judaica, sino además a los diferentes usos que se le han dado a la palabra apócrifo.

El significado original de esta palabra griega (apókryfos) remite a algo “oculto” o “secreto”, y en este sentido aparece empleado en Marcos 4:22, Lucas 8:17 y en la Epístola a los Colosenses 2:3, donde, básicamente, se hace referencia a la sabiduría “oculta” (apókryfon) que eventualmente será “manifiesta” (fanerón).

Este significado también era utilizado para referirse a aquellos escritos que no se leían en público, y por lo tanto permanecían ocultos. Posteriormente el término será aplicado a un número de escritos que aparecen en la versión Septuaginta (LXX) y no en la Biblia Hebrea (Tanaj), y que a partir de aquella pasan a la Vulgata de san Jerónimo y luego a todas las versiones antiguas y modernas hasta el siglo XIX. Según este argumento, tales escritos no fueron ni conocidos ni citados por Jesús y sus apóstoles, sin embargo, existen diversos pasajes en el Nuevo Testamento que nos hacen presumir que esto no es tan cierto.

La mención del Salomón Apócrifo en el Evangelio de Lucas

En el capitulo 11 del evangelio de Lucas aparece una enigmática alocución de Jesús, dirigida a una muchedumbre que, a propósito de un exorcismo realizado por él, le acusan de obrar milagros en nombre de Beelzebú (11:15); entre otras palabras, Jesús dice a la muchedumbre “La reina del Sur se levantará en el juicio a los hombres de esta generación, y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y he aquí algo que es más que Salomón” (11:31).

Esta última frase resulta desconcertante pues parece establecer una comparación entre el exorcismo realizado por Jesús y el rey Salomón, y la pregunta natural que surge es ¿qué relación puede tener Salomón, el rey sabio del Antiguo Testamento, con la expulsión de demonios? Para Kenneth Hanson, especialista en la lengua y la literatura hebrea y autor del libro “Secrets from the Lost Bible”, Jesús hace con esta frase una referencia oblicua a una historia sobradamente conocida y aceptada en la Judea antigua, y recogida posteriormente en el apócrifo “El Testamento de Salomón”.

Los poderes mágicos de Salomón según el texto apócrifo

Este texto nos presenta una faceta de Salomón que no aparece referida en la Biblia, no al menos en la que hoy conocemos como tal. Ese rey sabio y justo del Antiguo Testamento, es descrito en este texto como un hechicero que obtiene del ancargel Gabriel un anillo de poder con el que invoca una multitud de demonios, para sojuzgarlos y obligarlos a construir el Templo de Jerusalén.

Este énfasis en los poderes mágicos de Salomón coincide con el elevado interés helenístico por la magia, la teúrgia y toda suerte de tendencias mistéricas y soteriológicas, que tanto apreciaron neoplatónicos como Plotino o Jámblico, y no pocos cristianos del siglo I d.C. y contra los que posteriormente lucharían tan tenazmente apologetas como Teófilo de Antioquia o Ireneo de Lyon. En el contexto del género “testamentario”, que alcanzó su máxima expresión en la literatura apócrifa (entre los siglos II a.C. – II d.C.), “El Testamento de Salomón” se revela como un escrito legado para ilustrar a los hijos de Israel sobre los poderes, los ángeles y los demonios que se encuentran por encima de ellos y que, en general, conforman las realidades últimas.

Origen del Testamento de Salomón

Según McCown, uno de los traductores de esta obra (C. C. McCown, The Testament of Salomon [Untersuchungen z. N. T. 9; Leipzig, 1922]), ésta fue compuesta en griego por un cristiano alrededor del siglo III d.C., pero fundamentada en una tradición judía recogida hacia el siglo I d.C., esa misma tradición que aparece referida oblicuamente en el pasaje de Lucas 11:31, y también, aunque con ciertas variaciones, en Mateo 12:42.

Aunque esta proclama de Jesús pueda parecernos hoy enigmática, se trata en realidad de una referencia elíptica de algo que resultaba obvio para todos los que le escuchaban, se entendían en esa época que Salomón era tanto un arquetipo del gran sabio, como del gran exorcista.

Muchas evidencias epigráficas, arqueológicas y literarias corroboran el papel preponderante que esta figura de Salomón ocupaba en la ritualidad exorcista judía, sirvan unos pocos ejemplo para ilustrar esto: el historiador Flavio Josefo describe un exorcismo judío en su obra escrita en el siglo I d.C.: “[…] la curación se realizó así: colocó un anillo como los que menciona Salomón, bajo la nariz del poseído, después de lo cual el demonio fue expulsado.” (Antigüedades de los Judíos, Libro VIII, 44).

Fuente /Pixabay (Imagen Ilustrativa)

El Anillo mágico de Salomón

Este anillo mágico es igualmente mencionado en el “Talmud de Babilonia” (T.B. Git. 68b), donde se describe el modo en cómo Salomón desafía y somete a Asmodeo mediante sus poderes.

La tradición del anillo de Salomón está también atestiguada en los numerosos cuencos mágicos, encontrados por todo el Levante y muchos de ellos datados hacia los siglos II y III a.C., en un amuleto galileo del siglo III d.C., donde aparece el famoso sello de Salomón, o en algunos de los Papiros mágicos griegos, en particular el PGM IV 3009 donde dice “Yo te conjuro por el sello que Salomón puso en la lengua de Jeremías y éste habló”. No es de extrañar pues que esta tradición reflejada en “El Testamento de Salomón” fuese recogida de manera tan entusiasta por los primeros cristianos, y transmitida a través de toda la Edad Media hasta llegar a despertar el interés de alquimistas y kabalistas del Renacimiento, y a partir de ellos, a los ocultistas de los siglos XIX y XX, para quienes el reencuentro con este texto significó la oportunidad de elaborar una liturgia y una cosmovisión, que se pretendía restauradora de un saber oculto y prohibido.

También puedes leer: 10 pasos para meditar la Palabra de Dios.

Autor: (MSc.) Edgar Guzmán

Especialista en Filosofía e Idiomas Clásicos

Profesor de la Universidad de Los Andes (Venezuela)

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    6 Comentarios

  1. Súper interesante, no me lo esperaba ?

  2. Sonia Beatriz Maza dice:

    Excelente artículo. .Muy interesante y místico. .

    1. Camino y Oración dice:

      Muchas Gracias Sonia por tu comentario.

  3. Carla dice:

    Impecable tu artículo. Admirable amigo Edgar, interesante y místico este tema.

    1. Camino y Oración dice:

      Muchas Gracias por tu comentario.

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