MONICIÓN DE ENTRADA
Sean todos ustedes muy bienvenidos, hermanos y amigos. Que la ternura del Padre, la amistad del Señor Jesús y la alegría del Espíritu Santo inunden por completo nuestros corazones.
En este Quinto Domingo de Cuaresma la Liturgia de la Palabra nos muestra cómo Dios – en un contexto de muerte – renueva su alianza con signos de vida. El Evangelio nos señala el camino pascual: morir para dar fruto. En la cruz de Jesús, Dios mismo nos asegura que ni siquiera la muerte es capaz de detener su amor, y que no hay situación humana que pueda quedar extraña al inmenso abrazo de la cruz.
Seguros de la presencia del Resucitado aquí y ahora en medio de nosotros, pongámonos de pie para darle gracias a Dios Padre.
MONICION PRIMERA LECTURA (Jeremías 31,31-34)
Dios hace un pacto nuevo con Israel: mete su ley en el pecho del pueblo y la escribe en sus corazones. Y como prueba de su amor, perdona sus crímenes y no recuerda más sus pecados. Escuchemos...
MONICION SEGUNDA LECTURA (Hebreos 5,7-9)
La Segunda Lectura nos recuerda que Jesús, con lágrimas al Padre, aprende a obedecer en el dolor y la prueba, y se convierte en autor de nuestra salvación. Escuchemos con atención...
MONICION EVANGELIO (Juan 12,20-33)
Hoy Jesús, presintiendo que se acerca su hora, nos regala esta Buena Noticia: “Cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”. Abramos el oído, la mente y el corazón, y pongámonos de pie para escuchar su voz.
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