Por Manyela Calderón
¡Dogmática!
Según la RAE "Inflexible, que mantiene sus opiniones como verdades inconcusas." "Perteneciente o relativo a los dogmas de la religión"
¿Considero que estoy bajo un dogma cuando decido seguir a Dios? Esta es la razón de porqué creo que es la peor palabra para definirlo:
Como buena referente de la generación Z, me encontraba yo procrastinando en Facebook, conseguí una publicación que decía "si me definieras con una palabra ¿Cuál sería?" Obviamente la compartí, con la intención de hacer un mini tanteo de cómo me proyecto, o en su defecto, cómo me perciben las personas que me conocen.
En fin, así lo hice, lo compartí y me fui a dormir. Al día siguiente ya habían comentado varias palabras que me hicieron, debo confesar, muchísima ilusión; creativa, libre, metafórica, abstracta, llorona, dogmática…. dogmática.. ¡¿dogmática?! es que esto es algo muy fuerte, porque se me hacía que todas eran unas palabras tan coloridas, tan espléndidas, tan aladas; que encontrarme con la palabra dogma era como chocar con una pared con alguna canción deprimente en el soundtrack.
Y efectivamente entré en conflicto. Soy una adolescente, católica, creyente, que vive en el mundo. Es habitual escuchar cómo "estamos en el mundo, pero no somos del mundo" dicho así, suena hasta fácil negarse al mundo, cuando nos describen como perfectos marcianos que fueron enviados como polizones para habitar la tierra. PERO, es que no, no venimos de Marte, ni de la Luna (aunque admito que sería hermoso ser una graciosa lunática).
Somos hombres, la cúspide de la creación que fue enviado para morar por la tierra, dando nombre a los animales y multiplicándonos por doquier, todo esto sin olvidar dar Gloria y Adoración a Dios en el camino. Sonaba fácil, decían… era un plan sencillo, pensaron… Pero todos sabemos cómo resultó: Una manzana, Caín, los dioses egipcios, un becerro de oro, azufre y fuego que cayeron del cielo, etcétera etcétera. En fin, gracias Jesús por venir.
A lo que me refiero, es que se hace muy cuesta arriba no dejarse envolver por el mundo. Especialmente porque vivimos en un mundo que es hermoso, un lugar con mares de fuego, y montañas de arena. Un mundo con octubres y que ha tenido la gracia de tener a Ed Sheeran y su música. El único lugar en el universo en el que se ha ingeniado una obra de arte cómo el helado.
Un mundo que vende la libertad como el máximo ideal, eres dueño de tus acciones, amo y señor de tus ideas, básicamente, no te debes a nadie más que a ti mismo.
Y esto es precisamente todo lo contrario de ser dogmático. Pues, seguir un dogma, es en eseencia: no cuestionar una idea que alguien ya te impuso.
Así es como, esta señorita entró en una crisis personal. ¿Cómo alguien qué es libre y creativa, es a su vez dogmática? Me gusta creer que todo lo que hago, es por mi propia decisión. Fui bautizada porque así lo quise, igualmente mi primera comunión (lo cual ha sido la cosa que con más anhelo he deseado en mi vida) y también mi confirmación. Del mismo modo que hoy por hoy decido cada domingo ir a Misa y ayudar a la iglesia, decido confesarme, decido no comer carne los días que se indica…. Yo decido seguir a Aquél que no es de este mundo.
Se nos ha vendido la idea de que seguir a Dios, es sinónimo de seguir una doctrina. Y eso a veces llega a ser ofensivo si te hacen creer que lo haces ciegamente, como si se hiciera desde la ignorancia o algo así. Pero allí recide la delgada línea entre la fé y la superstición. Conceptos de los cuales seguramente hablaremos en alguna otra ocasión.
Retomando el tema principal, es innegable el hecho de que este es un mundo hermoso y sin duda disfrutable, cuando vemos que hasta el mismo Dios se bajó para ser hombre y durante su vida también complacerse con las bondades de este mundo; Tuvo amigos, viajó, se hizo un influencer (con bastantes seguidores), fue a fiestas… todo esto sin dejar de lado la Misión por la que fue enviado, y aún llegada la hora, tuvo siempre la opción de decidir. Escogiendo siempre al Padre.
Evaluando eso, me di cuenta de que sí soy libre, creativa y espontánea, y precisamente desde esa libertad es desde donde prefiero seguir a Dios, disfruto por igual ir al cine e ir a misa, ver una película o aprender sobre algún hecho evangélico. Soy un mundo de posibilidades, pero sí que tengo un norte, un ancla; mis principios, mi fé.
No me da miedo decir que sigo un ideal incuestionable, pues naturalmente "como la sierva busca fuentes de agua, así mi alma busca a su Dios". Gracias Dios por hacerme vivir en este mundo que es sin duda hermoso, por hacerme libre y que desde mi libertad, elijo cada día seguirte.
Tal vez, rechacé la idea de ser descrita como dogmática, pues esa palabra me parece tan poco romántica para describir algo que haces por amor. Pero bueno ¿Qué les digo? de esta Opinión de seguir a Aquél del cuál procedo; Nadie me mueve.
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