Moniciones y lecturas del Domingo 18 de Diciembre de 2023 (Ciclo A) III (Cuarto Domingo de Adviento)

IV DOMINGO ADVIENTO -Ciclo A
MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos, hermanos y amigos. Reciban todos ustedes gracia, paz y alegría de parte del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Estamos en el Cuarto Domingo de Adviento. En el centro de la liturgia de hoy está el tema específico de la fe cristiana: Dios está con nosotros. Dios ha tomado la decisión de ser uno con nosotros para salvarnos. Dios viene a nosotros con su Buena Noticia salvadora que sobrepasa todas nuestras esperanzas y expectativas: un Niño va a nacer y será “Dios con nosotros” para salvarnos.
Seguros de la Presencia del Resucitado aquí y ahora en medio de nosotros, pongámonos de pie y celebremos con alegría esta Eucaristía.
MONICIÓN PRIMERA LECTURA (Isaías 7,10-14)
En la Primera Lectura el Profeta Isaías nos dice que la señal del amor de Dios es un niño, esperado por una virgen. El nombre del niño – Emmanuel – revela la decisión de Dios de ser uno con nosotros. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Mirad: la virgen está encinta
Lectura del libro de Isaías 7, 10-14
En aquellos días, el Señor habló a Acaz:
—«Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».
Respondió Acaz:
—«No la pido, no quiero tentar al Señor».
Entonces dijo Dios:
—«Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:
Mira: la virgen está encinta y da a luz un hijo,
y le pondrá por nombre Emmanuel,
que significa «Dios-con-nosotros»».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6 (R.: cf. 7c y 10b)
R. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
R. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.
R. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.
R. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.
MONICIÓN SEGUNDA LECTURA (Romanos 1,1-7)
“Él será de la estirpe de David según la carne, pero será constituido “Hijo de Dios” según el Espíritu.” Así es como Pablo nos presenta el misterio de la Encarnación. Escuchemos.
SEGUNDA LECTURA
Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1, 1-7
Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios.
Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor.
Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús.
A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.
MONICIÓN EVANGELIO (Mateo 1,18-24)
“No temas en tomar a María como esposa”. Confiando en la Buena Noticia recibida en un sueño José se dispone a acoger el misterio de la Encarnación, aún sin entender nada. Abramos el oído, la mente y el corazón, y pongámonos de pie para la proclamación del Santo Evangelio.
EVANGELIO
Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David
Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 18-24
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
—«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:
«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa
«Dios-con-nosotros»».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles (Peticiones) – Domingo IV de Adviento
Tu pueblo Señor, espera tu venida. Para preparar nuestro corazón y nuestra alma, presentamos ante Ti nuestras súplicas:
SEÑOR, LO ESPERAMOS DE TI.
1.- Por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes y diáconos para que sientan en su corazón las manos del Alfarero. OREMOS
2.- Por el fin de las guerras y las hostilidades, por el cambio en los corazones, para que todos aceptemos al prójimo y juntos construyamos la paz. OREMOS
3.- Por los que rigen nuestros pueblos, para que sea la actitud de servicio lo que mueva todas sus decisiones. OREMOS
4.- Por los que sufren algún tipo de mal físico o espiritual, para que encuentren a su alrededor la comprensión necesaria para seguir adelante. OREMOS
5.- Por todos los que desde hoy preparamos tu venida, para que este tiempo de espera sirva de reflexión y cambio en nuestra rutina. OREMOS
6.- Por todas las familias que esperan algún nuevo miembro para que esa espera se una a la de la Iglesia y vivan con autentica alegría la celebración de la Navidad. OREMOS
7.- Por todos nosotros, presentes en esta Eucaristía y por todos aquellos que no quisieron o no pudieron venir, para que la Virgen María nos enseñe a esperar con paz y alegría del Niño Jesús. OREMOS
Padre, en este comienzo de Adviento te pedimos que acojas estas súplicas y nos ayudes a preparar la venida de tu Hijo. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amen.
Tomado de: https://alforjasdepastoral.wordpress.com/2020/11/24/oracion-de-los-fieles-domingo-i-de-adviento-8/
Reflexión Dominical
Hemos escuchado este domingo la versión de la anunciación según el Evangelio de Mateo, quien nos acompañará durante todo este año litúrgico (Ciclo A). En esta oportunidad la versión nos llega desde una óptica masculina, el Angel Gabriel se le aparece a San José, puesto que Mateo es un evangelio escrito principalmente para cristiano de ascendencia judía. El Plan de Salvación estaba pendiendo de un hilo, el niño Dios se había encarnado pero José no era el papá, ¿Qué podía pensar José si María estuvo durante varios meses cuidando a su prima Isabel y llegó embarazada? Él se siente traicionado por ella, ella está segura que no ha sido infiel, pero… ¿Quién podría creerle?
Fue necesaria una intervención divina, El ángel Gabriel se le presenta en sueños y le explica la situación. La reacción de José, «El Hombre justo», fue la de hacer lo que le había mandado el ángel, en otras palabras, obedecer a Dios.
Me gusta mucho la manera de relatar los evangelios estos acontecimientos, porque presentan a José y a María con miedo, incertidumbre, a la espectativa. Hay cosas que no comprenden y aún así apuestan por seguir el camino que Dios les va marcando utilizandolos como instrumento de salvación.
Sin saberlo, José estaba colaborando para la redención de toda la humanidad… por la obediencia.
Pregunta de la Semana
¿Soy capaz de obedecer los designios de Dios, como José, aunque no los entienda?









