Moniciones Y Lecturas Del Evangelio De Hoy Domingo 23 De Abril Del 2023 – TERCER DOMINGO DE PASCUA


Tips Liturgicos del Día de hoy

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Color: Blanco

TERCER DOMINGO DE PASCUA

Se celebra Misa del Domingo, Gloria, Credo, prefacio de pascua // Se prohíben otras celebraciones, incluso la Misa exequial.

Citas Biblicas de Hoy:1ª Lectura: Hch 2,14.22-33; Salmo: Sal 15; 2ª Lectura: 1Pe 1,17-21; Evangelio: Lc 24,13-35.
LITURGIA DE LAS HORAS: del domingo.
*Este año se omiten las memorias de San Jorge, mártir y San Adalberto,
obispo y mártir.
*Exarcado Apostólico Greco-Melkita: San Jorge, mártir, Patrono del
Exarcado.
*Diócesis de Los Teques: Aniversario de la Ordenación Episcopal de
Mons. Freddy Jesús Fuenmayor Suárez (1994).
Nota: La Misa propia de este aniversario no puede celebrarse hoy por
coincidir con el III Domingo Pascua (CE 1167). Con todo, por el gran
significado teológico que tiene el ministerio episcopal en relación con la
Iglesia particular, es muy conveniente subrayar esta celebración aunque
sea dicho día, haciendo alguna petición al respecto en la oración
universal.

Tercer domingo de Pascua.

Ciclo A.


MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos, hermanos y amigos. Que el Señor nos enseñe el sendero de la vida, nos sacie de gozo en su Presencia y bendiga con su ternura divina a todas las madres en su día.  

Estamos en el Tercer Domingo de Pascua. Cristo rompió las ataduras de la muerte y se convirtió en el compañero paciente de los hombres. Es Él quien sale a nuestro encuentro para darnos la paz. Es Él quien nos reprocha porque no hemos entendido las Escrituras. Es Él quien nos revela la Verdad, quien hace arder de alegría nuestro corazón y se hace reconocer en ese gesto tan suyo de compartir el pan. No hay duda. ¡CRISTO ESTÁ VIVO Y ESTÁ EN MEDIO DE NOSOTROS! 

Pongámonos de pie y asumamos con alegría la misión de descubrir al Resucitado en los caminos de la vida y sobre todo en esta Eucaristía. 


MONICIÓN PRIMERA LECTURA (Hechos 2, 14.22-28)

Pedro, revestido de la fuerza de lo alto, se enfrenta ahora no a una empleada sino a todo el pueblo con este testimonio: “Al que ustedes crucificaron, Dios lo resucitó y somos testigos de ello.” Escuchemos.


PRIMERA LECTURA DE HOY

No era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 14. 22-33

El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra:

—«Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y enteraos bien de lo que pasa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él:

"Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón,
exulta mi lengua,
y mi carne descansa esperanzada.

Porque no me entregarás a la muerte
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me has enseñado el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia".

Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que "no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción", hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros somos testigos.

Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo».

Palabra de Dios.


Salmo responsorial: 15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10. 11 (R.: 11a)

R. Señor, me enseñarás el sendero de la vida.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha R.


MONICIÓN SEGUNDA LECTURA (1 Pedro 1,17-21)

Pedro, en su carta, nos anima a seguir creyendo. Dios no nos ha rescatado con oro ni plata sino con la sangre de su Hijo. La Resurrección de Cristo es la esperanza de nuestra salvación. Escuchemos.


SEGUNDA LECTURA DE HOY

Os rescataron a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 17-21

Queridos hermanos:

Si llamáis Padre al que juzga a cada uno, según sus obras, sin parcialidad, tomad en serio vuestro proceder en esta vida.

Ya sabéis con qué os rescataron de ese proceder inútil recibido de vuestros padres: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha, previsto antes de la creación del mundo y manifestado al final de los tiempos por nuestro bien.

Por Cristo vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza.

Palabra de Dios.


MONICIÓN EVANGELIO (Juan 20,19-31)

Dos discípulos se iban de Jerusalén, tristes, pero Alguien cambió su tristeza en una inmensa alegría. Y volvieron precipitadamente a Jerusalén expresando esta certeza: “¡Jesús está vivo! ¡Ha resucitado!” Pongámonos de pie para escuchar la Buena Noticia que nos traen los discípulos de Emaus. 


EVANGELIO DE HOY

Lo reconocieron al partir el pan

 Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 13-35

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.

Él les dijo:

—«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».

Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó:

—«¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».

Él les pregunto:

—«¿Qué?»..

Ellos le contestaron:

—«Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».

Entonces Jesús les dijo:

—«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?».

Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.

Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo:

—«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».

Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.

Ellos comentaron:

—«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».

Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:

—«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».

Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Palabra del Señor.


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    2 Comentarios

  1. Cira dice:

    Quiero participar de manera mas plena de las misas dominicales y de fiesta con las moniciones de cada una
    por eso me estoy reportando con ustedes para pedirles su ayuda.

  2. Rita dice:

    me comunico con ustedes porque nenecito de su ayuda pa-
    ra una mejor preparación y participación en santa miza dominical y de fiestas con las moniciones

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