El Dilema de la Apertura de Templos en Venezuela

La Iglesia Venezolana se encuentra en un gran dilema, abrir o no abrir los templos, se conjuga la necesidad espiritual de los fieles, la situación política compleja, el aumento desproporcionado de los casos de covid-19 y las arcas parroquiales vacías.

A continuación daré una pequeña explicación de esta compleja situación para lectores locales así como los que me leen fuera de las fronteras y les parece, el venezolano, un hueso duro de roer.

La Necesidad espiritual de los fieles y sacerdotes

Han sido meses rudos para todos, para sacerdotes y fieles. Los templos vacíos y puertas cerradas.

Esta situación nos obligó a volcarnos a los medios de comunicación, radio, televisión, redes sociales. Misas desde casa y Semana Santa desde la radio.

No han faltado iniciativa como la que promovimos desde caminoyoracion.org en la Semana Mayor a la que sorpresivamente se nos unieron cientos de personas, entre seglares sin experiencia como sacerdotes y religiosas, algunos grabando vídeos, otros redactando liturgias familiares, realizando diseños para publicaciones. Fue una semana intensa, pero gratificante.

Sin embargo, no es suficiente, los católicos basamos nuestra fe en la doctrina sacramental. Nuestra teología es de la comunidad reunida en torno a la mesa del altar, que domingo a domingo se encuentra para profesar la fe en el Dios uno y Trino. Este encuentro es difícil de entender por las redes sociales, sobre todo para las personas mayores.

Necesitamos vernos las caras, sabemos que lo digital es importante pero no suficiente. Es un sentir tanto de laicos como de sacerdotes.

La situación Política

A esta situación espiritual de deseo de inicio de las atenciones litúrgicas se le agrega una nueva variable, la compleja situación política.

La tensión se respira por todas partes, hambre, miseria, falta de gasolina, el paro ha causado gran sufrimiento sobre todo en los más pobres y algunos han tenido que salir del país en situaciones sumamente precarias. Esto ha hecho que haya una bomba de tiempo, protestas innumerables por todo el territorio nacional que son invisibilizadas, nadie las menciona en los medios, porque pocos se atreven a hablar de ellas.

A esto se le suma la decisión de llevar adelante una consulta electoral, la cual elegirá una "Asamblea Nacional". El gobierno necesita recuperar el poder legislativo para poder llevar a cabo su proyecto de perpetuación. Ha entendido que necesita legitimidad y reconocimiento, y para ello es importante el aval del poder legislativo, con el que no cuenta en estos momentos.

Para poder llevar a cabo esta consulta electoral ha apresado a líderes políticos, ha desterrado a otros, robado tarjetas electorales, sancionado partidos.

La postura de la Iglesia ha sido férrea, desde mi punto de vista ha sido la Iglesia Católica la institución con más claridad y visión de la complejidad de la situación y quien ha mantenido una actitud de denuncia contra las injusticias en los documentos de la Conferencia Episcopal Venezolana.

El Aumento de Casos de Covid-19

El gobierno necesita crear una normalidad ficticia durante el mes de noviembre que justifique la realización de las elecciones legislativas. Por eso una apertura casi total de todo el aparato productivo, entre las cuales podemos mencionar la posibilidad de apertura de los templos buscan crear una sensación de normalidad que no se correlaciona con la realidad.

Se dice a baja voz que los casos van en aumento, que ya el país ha llegado a la capacidad máxima de testear la enfermedad, y que la curva "aplanada" no es que no hayan casos sino que estamos en la capacidad máxima de medición, de allí para arriba estamos en capacidad de medir, estamos en un punto ciego.

Abrir los templos en estas circunstancias ha sido una decisión muy difícil, por eso algunos obispos, siguiendo las recomendaciones de especialistas de la salud, han tomado la decisión de no abrir, y que en caso de que haya alguna celebración eucarística sea en lugares abiertos bajo estrictas normas de bioseguridad.

Las Arcas de las Parroquias vacías

La mayoría de las parroquias están pasando una situación muy difícil a nivel económico. Varios meses cerradas nos ha hecho confiar con más firmeza en la misericordia de Dios. Y El no nos ha desamparado.

Sin embago, los costos de la apertura cumpliendo las normativas de bioseguridad es un lujo que no todos pueden darse, pago de alcohol, cloro, entre otras cosas deben ser suministradas por los feligreses.

Una situación realmente compleja.

La Paradoja

La paradoja de una necesidad de la feligresía de ser atendidos personalmente y de los párrocos de ejercer de alguna manera su ministerio sacerdotal, pero que eso implica un alto riesgo de contagio para sí y para los feligreses en un país donde no manejamos cifras reales.

Normalizar el país también implica también dar pie para la narrativa oficial que seguramente dira: ¿Por qué no podemos reunirnos para votar si hasta los curas están celebrando misa dominical?- En este sentido estamos en una situación difícil.

Por eso querido lector, pido oración por nosotros los que estamos en este lado de la línea fronteriza, ora por nuestros obispos a quienes les toca afrontar decisiones muy complejas y que sin duda serán alabados por unos, juzgados por otros, pues sobre sus hombros está la responsabilidad de cuidar y apacentar a las ovejas.

Me gustaría saber tu opinión sobre este tema, comenta en la parte de abajo, ¿Desde dónde escribes? y ¿Qué opinión personal tienes al respecto? - Suelo leer todos los comentarios y responder con cariño.

Dios te bendiga.

Padre José Toro

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