Papa Francisco en Hungría: La importancia de hablar el lenguaje de la caridad

El papa Francisco visitó la Iglesia de Santa Isabel de Hungría en Budapest para encontrarse con pobres y refugiados. Escuchó varios testimonios y a ellos correspondió con el discurso que ofrecemos a continuación en lengua española:

El Papa destacó que los pobres y los necesitados están en el corazón del Evangelio. La fe verdadera es aquella que incomoda, arriesga, hace salir al encuentro de los pobres y capacita para hablar con la vida el lenguaje de la caridad. Como afirma San Pablo, podemos hablar muchas lenguas, poseer sabiduría y riquezas, pero si no tenemos caridad no poseemos nada y no somos nada.

La lengua de la caridad fue la lengua hablada por Santa Isabel, a quien el pueblo húngaro profesa gran devoción y afecto. Es una hermosa imagen de la fe. Quien se une a Dios, como hizo San Francisco de Asís, se abre a la caridad hacia el pobre. Santa Isabel, hija del rey, había crecido en la comodidad de una vida de corte, en un ambiente lujoso y privilegiado; sin embargo, conmovida y transformada por el encuentro con Cristo, pronto sintió rechazo hacia las riquezas y las vanidades del mundo, advirtiendo el deseo de despojarse de ellas y de cuidar a los necesitados. Así, no sólo gastó sus bienes, sino también su vida en favor de los últimos, de los leprosos y de los enfermos, hasta llegar a curarlos personalmente y a llevarlos sobre sus propios hombros. Ese es el lenguaje de la caridad.

El Papa también destacó el testimonio de Brigitta, quien contó sus dificultades para salir adelante y cómo el Señor vino a su encuentro para socorrerla. Él, que escucha el grito del pobre, hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos y endereza a los que están encorvados, casi nunca llega resolviendo nuestros problemas desde arriba, sino que se hace cercano con el abrazo de su ternura, inspirando la compasión de hermanos que se dan cuenta de ellos y no permanecen indiferentes. Brigitta pudo experimentar la cercanía del Señor gracias a la Iglesia greco-católica y a tantas personas que se prodigaron para ayudarla, animarla, encontrarle un trabajo y sostenerla en las necesidades materiales y en el camino de la fe.

El Papa instó a la compasión hacia todos, especialmente hacia los que están marcados por la pobreza. Señaló que la caridad es el lenguaje que necesitamos hoy, y que la Iglesia debe hablar ese lenguaje con fluidez. La Iglesia debe estar siempre al lado de los pobres, los marginados, los descartados. No puede ser indiferente a sus sufrimientos y necesidades. El Papa invitó a todos los presentes a hacerse próximos a los pobres, a abrir los ojos y los oídos a sus necesidades, a estar dispuestos a acogerlos y a compartir con ellos no sólo los bienes materiales, sino también los bienes espirituales, la amistad, la cercanía y la solid

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