Sobre la Inmaculada Concepción
Estas notas rápidas las escribo con muy poco tiempo, pero no quiero dejar pasar la oportunidad para meditar un poco sobre el Misterio de la Inmaculada Concepción.
Dios no crea el mal
No nos cabe en la cabeza pensar en un dios malvado, que quiera lo malo, o que adrede haya creado al mundo para la maldad, para el sufrimiento.
Sin embargo, algo ocurrió que hizo que se degenerara lo perfecto e inmaculado que Dios había creado.
La Respuesta del Génesis
El libro del Génesis trata de dar explicación al origen del mal con la historia de la Caída de Adán. Antes de la caída no había muerte, no había enfermedad.
Es con la desobediencia de Adán y Eva que entra el pecado al mundo, y con ella una «contaminación» en la especie humana que se va transmitiendo a las nuevas generaciones.
El pecado de los Orígenes
Hubo un pecado en los Orígenes, «In illo tempore», que abrió una Caja de Pandora, la de la posibilidad de la desobediencia.
El pecado de los Orígenes hizo que en la naturaleza humana (la cultura) se aprendiera y se enseñara la desobediencia como algo posible.
¿Qué nos dice La Inmaculada?
El misterio de la Inmaculada nos habla tanto de Dios como del Hombre.
Del hombre porque él por sus propios medios no puede construir más que Torres de Babel, tambaleantes y movedizas, que no pueden llegar hasta el cielo. No puede el hombre todo lo que aspira solo y únicamente por sus propias fuerzas.
El hombre es un constante necesitado de Dios, necesita de él para que le enderece las sendas y le restituya la naturaleza perdida.
Nos dice de Dios que es bueno, que quiere restituir al hombre en su bienestar originario y no solo que quiere sino que puede hacerlo.
María es la prueba
La Inmaculada Concepción de María es la prueba de que Dios que quiere puede hacerlo. Que él puede recrear el mundo, y hacerlo mejor.
Padre José Toro