Evangelio y lecturas de hoy 01 de Marzo de 2024 - II Semana de Cuaresma



Contenido de este artículo

Citas bíblicas para el día de hoy: Viernes de la II Semana de Cuaresma | Génesis 37, 3-4. Salmo 104 Mateo 21, 33-43


PRIMERA LECTURA de hoy

Ahí viene el de los sueños, vamos a matarlo

Lectura del libro del Génesis 37, 3-4. 12-13a. 17b-28

José era el preferido de Israel, porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo.

Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo a José:

—«Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos».

José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos. Antes de que se acercara, maquinaron su muerte. Se decían unos a otros:

—«Ahí viene el de los sueños. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en qué paran sus sueños».

Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo:

—«No le quitemos la vida».

Y añadió:

—«No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongáis las manos en él».

Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre.

Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica con mangas, lo cogieron y lo echaron en un pozo vacío, sin agua. Y se sentaron a comer.

Levantando la vista, vieron una caravana de ismaelitas que transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a Egipto. Judá propuso a sus hermanos:

—«¿Qué sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pondremos nuestras manos en él, que al fin es hermano nuestro y carne nuestra».

Los hermanos aceptaron.

Al pasar unos comerciantes madianitas, tiraron de su hermano, lo sacaron del pozo y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas. Éstos se llevaron a José a Egipto.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 104, 16-17. 18-19. 20-21 (R.: 5a)

R. Recordad las maravillas que hizo el Señor.

Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre,
a José, vendido como esclavo. R.

Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la argolla,
hasta que se cumplió su predicción,
y la palabra del Señor lo acreditó. R.

El rey lo mandó desatar,
el señor de pueblos le abrió la prisión,
lo nombró administrador de su casa,
señor de todas sus posesiones. R.

EVANGELIO DE HOY

Éste es el heredero: venid, lo mataremos

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 33-43.4 5-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

—«Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.

Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon.

Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo".

Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia".

Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.

Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».

Le contestaron:

«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos».

Y Jesús les dice:

«¿No habéis leído nunca en la Escritura:

"La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.

Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente"?

Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».

Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos.

Y, aunque buscaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta.

Palabra del Señor.

Reflexión del Evangelio de hoy

En este primer viernes de Cuaresma, la parábola de los viñadores infieles (Mateo 21, 33-43.45-46) nos invita a una profunda reflexión sobre nuestra relación con Dios y el Reino de los Cielos.

La viña como símbolo del Pueblo de Dios:

La viña representa al Pueblo de Dios, elegido por Dios con amor y cuidado para producir frutos de justicia, paz y amor. A lo largo de la historia, Dios ha enviado profetas y mensajeros para guiar al pueblo y ayudarlo a cumplir su misión.

Los viñadores infieles:

Los viñadores infieles representan a aquellos que, a pesar de haber recibido la gracia de Dios, no responden con fidelidad y responsabilidad. En lugar de producir frutos buenos, explotan la viña para su propio beneficio y rechazan a los enviados de Dios.

El asesinato del hijo:

El asesinato del hijo del dueño de la viña representa el colmo de la infidelidad y el rechazo a Dios. El hijo, símbolo de Jesús, es enviado como la última esperanza para el pueblo, pero es recibido con violencia y muerte.

El Reino de Dios quitado y dado a otro pueblo:

La parábola termina con una advertencia: el Reino de Dios será quitado a aquellos que no dan frutos y será dado a un pueblo que sí lo haga. Esta advertencia nos invita a un examen de conciencia personal y colectiva.

Aplicación a nuestra vida:

En este tiempo de Cuaresma, la parábola nos invita a preguntarnos:

  • ¿Estamos respondiendo con fidelidad a la gracia de Dios en nuestras vidas?
  • ¿Estamos produciendo frutos de justicia, paz y amor en nuestro entorno?
  • ¿Recibimos a Jesús con corazón abierto o lo rechazamos con nuestras acciones?

Llamado a la conversión:

La Cuaresma es un tiempo de gracia para la conversión. Es un momento para arrepentirnos de nuestros pecados, volver a Dios y producir frutos de santidad.

Conclusión:

La parábola de los viñadores infieles nos recuerda que el Reino de Dios es un regalo que debemos cuidar y cultivar con responsabilidad. Solo si respondemos con fidelidad a la gracia de Dios podremos dar frutos de vida eterna.

Oración:

Señor, en este tiempo de Cuaresma, te pedimos perdón por nuestras infidelidades y te rogamos que nos concedas la gracia de convertirnos y producir frutos de justicia, paz y amor. Amén.


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