La semana pasada fue publicada la Exhortación Pastoral de la Conferencia Episcopal Venezolana. Un mensaje que dirigen los obispos, no sólo a los católicos, sino a toda Venezuela. Ellos se reúnen frecuentemente de forma on-line recibiendo formación en diversas áreas y escuchando los diferentes sectores de la sociedad. Pudiéramos decir que la Conferencia Episcopal Venezolana es la institución nacional no gubernamental en donde están representadas la mayor cantidad de factores de la sociedad, no solo clerical ni intra-eclesial.
En este documento han vuelto a insistir en la necesidad de refundar la nación. Sabemos que, sobre algunas instituciones de nuestra sociedad, pesan graves sospechas de legitimidad de orígen. Desde la Conferencia Episcopal se ha querido transmitir la imagen de que, incluso la Iglesia, necesita renovar liderazgos. Es por esto que se ha elegido los nuevos encargados de las comisiones permanentes y también su directiva. Vemos rostros nuevos en ella y emergen nuevos liderazgos eclesiales, obispos que han sido elegidos en los últimos años, muchos de ellos bajo el pontificado del Papa Francisco.
En la Iglesia entendemos que jugaremos, y estamos jugando, un papel preponderante en la solución de la crisis política y social que atraviesa nuestro país; estamos en barrios, zonas populares, en los pueblos más alejados y en las ciudades más grandes. La Iglesia es más que la estructura litúrgica reunida en torno al altar, es también un cúmulo de relaciones y de personas concretas que forman parte del “Pueblo de Dios”. Ahora debemos entrar en un proceso renovador propuesto por el Papa Francisco denominado “Sínodo de la Sinodalidad” que no es más que la reflexión sobre el ejercicio del poder y de la autoridad que parte de las bases sobre las cuales se fundamenta la Iglesia. En el sínodo de la Sinodalidad se está reflexionando sobre el papel de cada uno de los bautizados en el ejercicio parroquial, comunitario y social. El objetivo es vencer la imagen tradicional en donde sólo los clérigos pueden ejercer cargos de gobierno, esto en el ámbito intraeclesial.
La frase “Refundar la Nación” que han vuelto a lanzar nuestros obispos, para unos es un grito justicia que clama al cielo y para otros, los de las cúpulas, es un acto de rebeldía. No deja de ser peligroso en un país donde las desapariciones y torturas están a la orden del día.
La sociedad debe plantearse el problema de la refundación del país. Necesitamos solucionar el entuerto político porque los afectados siempre somos los pobres. Refundar la nación necesitará gallardía y reflexión, pero también perdón, justicia, entendimiento y negociación. Mucha gente todavía no ve la luz al final del túnel. La Iglesia seguirá planteando que una solución es posible, pero que en la base de esa solución, en los fundamentos está la persona humana, cuyos derechos son inalienables y que terminan siendo el fundamento primero de toda nación posible.
Pbro. José Luis Toro 16/01/2021
pjltoro@gmail.com
Si quieres conocer otros artículos parecidos a ¿Cómo se refunda una nación? puedes visitar la categoría Artículos.
Deja una respuesta
Contenido Relacionado