Lecturas y evangelio día de hoy Miercoles 09 de Agosto 2023 –
Tips Liturgicos del Día de hoy
Color: Verde
Miércoles de la XVIII semana del tiempo ordinario; Misa de la feria, prefacio común
Lecturas del Dia de Hoy: 1ª Lectura: Nm 13,1-2.25—14,1.26-29.34-35; Salmo: Sal 105; Evangelio: Mt 15,21-28.
Color: Rojo
Santa Teresa Benedicta de la Cruz, virgen y mártir; memoria libre, Misa de la memoria, prefacio común o de los santos mártires, ode las santas vírgenes y religiosos.
LITURGIA DE LAS HORAS: de la feria o de la memoria.
PRIMERA LECTURA DE HOY
Despreciaron una tierra envidiable
Lectura del libro de los Números 13, 1-2. 25—14, 1. 26-30. 34-35
En aquellos días, María y Aarón hablaron contra Moisés, a causa de la mujer cusita que había tomado por esposa. Dijeron:
—«¿Ha hablado el Señor sólo a Moisés? ¿No nos ha hablado también a nosotros?».
El Señor lo oyó.
Moisés era el hombre más sufrido del mundo.
El Señor habló de repente a Moisés, Aarón y María:
—«Salid los tres hacia la tienda del encuentro».
Y los tres salieron.
El Señor bajó en la columna de nube y se colocó a la entrada de la tienda, y llamó a Aarón y María. Ellos se adelantaron, y el Señor les dijo:
—«Escuchad mis palabras: Cuando hay entre vosotros un profeta del Señor, me doy a conocer a él en visión y le hablo en sueños; no así a mi siervo Moisés, el más fiel de todos mis siervos. A él le hablo cara a cara; en presencia y no adivinando contempla la figura del Señor. ¿Cómo os habéis atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?».
La ira del Señor se encendió contra ellos, y el Señor se marchó.
Al apartarse la nube de la tienda, María tenía toda la piel descolorida, como nieve. Aarón se volvió y la vio con toda la piel descolorida.
Entonces Aarón dijo a Moisés:
—«Perdón, señor; no me exijas cuentas del pecado que hemos cometido insensatamente. No la dejes a María como un aborto que sale del vientre, con la mitad de la carne comida».
Moisés suplicó al Señor:
—«Por favor, cúrala».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 105, 6-7a. 13-14. 21-22. 23 (R.: 4a)
R. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
O bien:
R. Aleluya.
Hemos pecado con nuestros padres,
hemos cometido maldades e iniquidades.
Nuestros padres en Egipto
no comprendieron tus maravillas. R.
Bien pronto olvidaron sus obras,
y no se fiaron de sus planes:
ardían de avidez en el desierto
y tentaron a Dios en la estepa. R.
Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en el país de Cam,
portentos junto al mar Rojo. R.
Dios hablaba ya de aniquilarlos;
pero Moisés, su elegido,
se puso en la brecha frente a él,
para apartar su cólera del exterminio. R.
EVANGELIO de HOY
Mujer, qué grande es tu fe
Lectura del santo evangelio según san Mateo 15, 21-28
En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:
—«Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo».
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:
—«Atiéndela, que viene detrás gritando».
Él les contestó:
—«Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel».
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió:
«Señor, socórreme».
Él le contestó:
—«No está bien echar a los perros el pan de los hijos».
Pero ella repuso:
—«Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos».
Jesús le respondió:
—«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas».
En aquel momento quedó curada su hija.
Palabra del Señor.
Reflexión del EVANGELIO DEL Día de hoy
Las lecturas de este miércoles nos hablan de la fe y la confianza en Dios. En la primera lectura, vemos cómo el pueblo de Israel se rebela contra Dios y se niega a entrar en la tierra prometida, por el temor a los habitantes que viven allí. Solo Josué y Caleb confían en que Dios les dará la victoria, pero son ignorados por la multitud. Dios se enoja con el pueblo y le castiga a vagar por el desierto durante cuarenta años, hasta que muera toda aquella generación incrédula.
En el salmo, el salmista recuerda las obras maravillosas que Dios hizo por su pueblo, pero también sus infidelidades y sus quejas. Él pide perdón por los pecados de sus antepasados y reconoce que solo Dios es su salvación. Él le suplica que los reúna de nuevo y los lleve a la tierra prometida.
En el evangelio, Jesús se encuentra con una mujer cananea que le pide que cure a su hija, que está endemoniada. Al principio, Jesús parece ignorarla y rechazarla, diciendo que solo ha venido a las ovejas perdidas de Israel y que no está bien quitar el pan de los hijos para echárselo a los perritos. Pero la mujer no se rinde y le responde con humildad y fe: “Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos”. Entonces Jesús alaba su fe y le concede lo que pide.
Hoy te invito a que examines tu fe y tu confianza en Dios. ¿Crees que él puede hacer todo lo que te promete? ¿Confías en su poder y en su amor? ¿Le pides con insistencia y con humildad lo que necesitas? ¿Aceptas su voluntad, aunque no sea lo que esperas? ¿Te abres a su gracia, aunque no seas digno de ella?