Reflexión del Evangelio del día de hoy 05 de diciembre de 2023
Del santo Evangelio según san Lucas (Lc 5, 17-26)
Un día Jesús estaba enseñando y estaban también sentados ahí algunos fariseos y doctores de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, de Judea y de Jerusalén. El poder del Señor estaba con él para que hiciera curaciones.
Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de entrar, para colocarlo delante de él; pero como no encontraban por dónde meterlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo y por entre las tejas lo descolgaron en la camilla y se lo pusieron delante a Jesús. Cuando él vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: “Amigo mío, se te perdonan tus pecados”.
Entonces los escribas y fariseos comenzaron a pensar: “¿Quién es este individuo que así blasfema? ¿Quién, sino sólo Dios, puede perdonar los pecados?” Jesús, conociendo sus pensamientos, les replicó: “¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Se te perdonan tus pecados’ o ‘Levántate y anda’? Pues para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados –dijo entonces al paralítico–: Yo te lo mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.
El paralítico se levantó inmediatamente, en presencia de todos, tomó la camilla donde había estado tendido y se fue a su casa glorificando a Dios. Todos quedaron atónitos y daban gloria a Dios, y llenos de temor, decían: “Hoy hemos visto maravillas”.
Palabra del Señor.
Portadores de Esperanza
El evangelio de hoy es un texto riquísimo, incluso en los detalles; los personajes son tan fuertes como la situación de romper tejas, bajar camillas, etc.
Hay un grupo determinado para un resultado milagroso – los amigos y el paralítico, hay un grupo que quiere probar a Jesús y éste en medio de los dos. Sin embargo, hoy no hablaremos del milagro en sí (aunque es ciertamente increíble).
Fijaremos la mirada en esos amigos «portadores esperanza» que transportaban la camilla del enfermo. ¡Qué buenos amigos eran! dejando de lado la curiosidad que significaba tener a Jesús en la aldea prefirieron ayudar al amigo impedido. Ellos, seguramente ya conocían al Maestro y su confianza y fe en él era grande, por lo que no dudaron en vencer obstáculos que tenían por delante para acercar al enfermo a Jesús.
El Señor se tiene que haber sentido gratamente impresionado por la audacia de estos buenos amigos que no se echaron atrás ante las primeras dificultades, ni lo dejaron para otra ocasión más oportuna. ¡Qué gran lección para los que nos consideramos cristianos!
En este tiempo de Adviento se nos llama a una espera activa, pues en nuestro caminar, al igual que los amigos del relato, también encontraremos situaciones complejas, resistencias más o menos grandes, que estamos llamados a superar con fe y astucia para que se obre el milagro de Dios.
En esta segunda semana de Adviento, llamados a ser portadores de esperanza, nos podemos preguntar ¿sería capaz de ayudar a «ese paralítico» que necesita de mi amistad comprometida e ingeniosa? ¿Tengo tanta fe?
Bendecido lunes. 🙏🏻✨