Reflexion del domingo IV de Pascua ciclo b

REFLEXION EN EL DOMINGO IV DE PASCUA -ciclo b-

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Nuestra iglesia católica celebra el IV domingo de Pascua como el domingo del Buen Pastor y nos invita, de manera especial, a orar por las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada. Con motivo de esta Jornada el santo Padre, el Papa, envía un mensaje motivador tanto para quienes han optado, o quieren optar, a servir a Dios consagrándole su existencia, como para el Pueblo de Dios en general. El mensaje de este año tiene como título: “San José: el sueño de la vocación”. En el comentario de este domingo intentaré compartir el eco de la Palabra de Dios iluminado por las palabras del Santo Padre.


La cultura en la que vivimos inmersos, la mayoría de los católicos, es la de la llamada postmodernidad; la mayoría no estamos insertos en la vida rural y agropecuaria, sino que vivimos en pueblos y ciudades. Nuestros marcos de referencia están dictados más por los medios de comunicación que por el trabajo que realizamos.


La Palabra de Dios, fundamentalmente el Antiguo Testamento, surge en un ambiente rural en la que la vida giraba en torno al trabajo agropecuario; el Señor Jesús realiza la mayor parte de su ministerio en un ambiente rural. Este trasfondo cultural nos trasmite una serie de imágenes que, si bien las entendemos intelectualmente, poco nos dicen en nuestra vida diaria. Una de ellas es la del Buen Pastor.


La calidad de vida de los israelitas, por muchos siglos, dependió en muchos sentidos del pastoreo de las ovejas; de ellas obtenían carne, leche, queso, lana, cuero y hasta el pergamino para escribir; el que hubiese buenos pastores conllevaba a que la producción de estos bienes redundara en, lo que hoy llamamos, bienestar individual y comunitario. La figura del buen pastor fue ligándose a la función tanto del gobernante como del sacerdote. Los buenos pastores eran aquellos que brindaban seguridad, alegría, esperanza, bienestar a todos los habitantes del reino. Los malos pastores conducían a la ruina, al fracaso, al malestar de la comunidad.


El Señor Jesús, tomó para sí la figura del Buen Pastor; Él sentía que la razón de ser de su misión era conducir a toda la humanidad, partiendo del grupo de sus seguidores, a una vida plenamente feliz; Él con su Palabra garantizaba, y sigue garantizando, que quien lo sigue, quien escucha su voz y la pone en práctica, encuentra la felicidad y se realiza plenamente. Para ello estaba dispuesto, como en efecto sucedió, a entregar la vida para que cesara la violencia, el odio y la maldad. El enfrenta al maligno con el amor y la ternura, no con odio o con violencia.


El Papa Francisco en su mensaje de este año subraya tres cualidades en San José, como modelo de un Buen Pastor. La primera cualidad es “soñar” que es equivalente, en el pensamiento del Papa, a tener grandes ideales; y podríamos preguntarnos ¿qué humanidad, qué iglesia, qué país sueño, o aspiro, tener? Un buen pastor es un buen soñador, tiene buenos sueños y busca la manera de realizarlos. Segunda cualidad de san José, según el Papa, es el servicio: “Para san José el servicio, expresión concreta del don de sí mismo, no fue sólo un ideal elevado, sino que se convirtió en regla de vida cotidiana”. La tercera actitud la fidelidad. “Esta fidelidad es el secreto de la alegría… Era la alegría cotidiana y transparente de la sencillez, la alegría que siente quien custodia lo que es importante: la cercanía fiel a Dios y al prójimo”.
Quiera el Señor, por intercesión de San José y de nuestro Beato José Gregorio Hernández, que todos los creyentes en Él, seamos consagrados ministerialmente o se tenga el ministerio común de los fieles, seamos sacramentos de su Buen Pastoreo; que todos tengamos altos sueños, seamos serviciales y mantengamos la fidelidad en la fe, la esperanza y el amor.

ORACION EN EL CUARTO DOMINGO DE PASCUA -ciclo b-

Señor Jesucristo, Buen Pastor, Pastor de pastores,
te adoramos y bendecimos, te glorificamos y damos gracias,
por conocernos, cuidarnos y protegernos,
hasta dar la vida por cada uno de nosotros.

Gracias, Buen Pastor, por ser al mismo tiempo,
modelo, ejemplo y guía de nuestro actuar.
Gracias por querer que cada uno de tus discípulos
sea un buen pastor según tu corazón.
Gracias por enseñarnos a dar la vida
y a buscar el bien de nuestros semejantes.

Te queremos dar gracias por San José;
con su ayuda y ejemplo
podemos cumplir mejor nuestra misión.

Ayúdanos a saber soñar, desear y construir,
un mejor mundo, una humanidad fraterna.
Danos la gracia de servir lo mejor posible
a quien requiera de nuestra ayuda.
Concédenos la alegría de la fidelidad
a la misión que cada día nos encomiendas.

Que tu Santo Espíritu nos guíe cada día
para manifestar que en verdad somos hijos de Dios. Amén.

Pbro. Cándido Contreras (Abril 2021)

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