¿Quién fue Santa Rita de Casia?

Santa Rita de Casia, nacida el 22 de mayo 1381 en Roccaporena y fallecida el 22 de mayo de 1457
en Cascia, fue una religiosa italiana que dedicó su vida a la oración y penitencia para el perdón de
los pecados.

Su historia representa una fe inquebrantable que le acompañó a través de su vida como esposa,
madre y monja. Margherita Lotti, su nombre de bautismo, fue casada con un señor del pueblo
llamado Paolo Mancini, con el que tuvo dos hijos mellizos. A pesar de que Mancini era un esposo
maltratador, ella que siempre le trato con respeto logró su conversión a Cristo.

Años después de su boda, Mancini fue asesinado. Al estar viuda, Santa Rita solicitó la admisión al
monasterio de las Agustinas de Santa María Magdalena, en Cascia, lugar en donde no fue
aceptada por tener compromisos familiares, y por no ser virgen. Un año más tarde, en 1417, fallecen sus hijos por causas naturales. Se dice que los hermanos Mancini querían vengarse de los asesinos de su padre, situación que su madre evitó a través de la oración constante.

Durante su vida familiar, Margherita dedicó su tiempo a la enseñanza de la palabra de Dios a su
esposo e hijos, logrando mantenerles en paz hasta el día de su muerte. Ya sin obligaciones
familiares, Rita –quien en ese momento tenía 36 años- fue aceptada en el monasterio en donde
recibió los hábitos de monja. Su vida religiosa estuvo marcada por su caridad y severas
penitencias.

Estigmatizada por Cristo

Según la tradición, en 1428 Rita fue traspasada por una de las astilla de madera de la corona de
Cristo quedando clavada en el hueso de la frente, se trataba del estigma divino; la marca de la
corona de espinas llevadas por el Señor durante su pasión. Santa Rita llevó esta marca en la frente
hasta el día de su muerte.
Muere en 1857 a causas de una fuerte enfermedad, su marca en la frente milagrosamente
desapareció y en su lugar quedó una marca roja como un rubí. Santa Rita fue beatificada por
Urbano VIII y canonizada por León XIII en 1900.

Oración a Santa Rita de Casia

Oración

“Oh, santa patrona de los necesitados, Santa Rita, cuyas plegarias ante el Divino Señor son casi
irresistibles, quien por la generosidad en otorgar favores has sido llamada mediadora de los sin
esperanza e incluso de lo imposible; Santa Rita, tan humilde, tan pura, tan mortificada, tan
paciente y de tan compasionado amor por Jesús Crucificado, que podrías obtener de Él cualquier
cosa que le pidas. A cuenta de esto recurrimos confiados a ti, esperando, si no siempre alivio, al
menos consuelo. Sé favorable a nuestra petición, mostrando el poder de Dios a nombre de este/a
suplicante, sé generosa con nosotros, como lo has sido en tantos casos maravillosos, para la más
grande gloria de Dios, por la divulgación de tu propia devoción, y por el consuelo de aquellos que
confían en ti. Prometemos, si nuestra petición es concedida, glorificar tu nombre, informando del
favor concedido, para bendecir y cantar tus alabanzas por siempre. Confiando entonces en los
méritos y poder ante el Sagrado Corazón de Jesús, te rogamos… (mencione ahora su petición)”.
Con esta oración los fieles pueden encomendarse a la santa de lo imposible.
También se le puede rezar esta otra oración: “Oh Dios, quien en tu infinita ternura has sido
bondadoso para escuchar la plegaria de tu sierva, Santa Rita, y otorgas a su súplica lo que es
imposible a la vista, conocimiento y esfuerzos, en recompensa de su compasionado amor y firme
confianza en tu promesa, ten piedad en nuestra adversidad y socórrenos en nuestras calamidades,
que el no creyente pueda saber que Tú eres la recompensa del humilde, la defensa de los sin
esperanza y la fuerza de aquellos que confían en Ti, a través de Jesucristo, nuestro Señor. Amén”.

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