El Ritual de Bautismo de Adultos

Mikaela
Velas de Bautizo. Fuente: pixabay.

El bautismo es el sacramento de la fe por excelencia. Es el primer sacramento que se realiza en la Iglesia Católica. Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el bautismo es uno de los 7 sacramentos que libera al ser humano de cualquier pecado cometido, lo inserta dentro de la iglesia como fiel y le hace partícipe de la misión de evangelización de la Buena Nueva y del servicio al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Jesús fue el mayor propulsor de este sacramento, no solamente por dejarse bautizar por su primo,
Juan el Bautista, en el Rio Jordán, también porque envió a sus apóstoles a bautizar a todo aquel
que creyera en su palabra.

“Id y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”

Mateo 28, 19-20.

El sacramento del bautismo en la iglesia, normalmente, se hace en niños. La decisión de conceder
el sacramento a un niño es de los padres, quienes desean que el infante crezca aprendiendo de la
religión y de todo aquello que forma parte de la iglesia. Sin embargo, el bautismo está a
disposición de todo aquel adulto que desee ser parte de la iglesia, para ello, la Sagrada
Congregación para el Culto Divino presenta un Ritual de iniciación (RICA) que establece el proceso
que debe recorrer el creyente para recibir el sacramento.


Ritual de iniciación

El Ritual de la Iniciación Cristiana para adultos, busca proveer ayuda espiritual, filosófica y
teológica al catecúmeno durante su etapa de preparación
. Este ritual consta de 4 etapas de
formación y maduración en donde se instruye al creyente en la fe católica.

“Los seres humanos, liberados del poder de las tinieblas, gracias a los sacramentos de la iniciación cristiana, muertos con Cristo, con él sepultados y resucitados, reciben el Espíritu de hijos adoptivos y celebran con todo el pueblo de Dios el memorial de la muerte y de la resurrección del Señor”

RICA.


Primera etapa

El pre-catecumenado: En esta etapa comienza el proceso de conversión del simpatizante. El
hombre o la mujer debe anunciar abiertamente su deseo de seguir a Cristo y a la iglesia. Los
miembros de la comunidad eclesial deben anunciarle los Evangelios y presentarle la iglesia. Pasada
este proceso de formación, se culmina con el Rito de Admisión al Catecumenado.


Segunda Etapa

El catecumenado: Se refiere a la etapa de formación o catequesis del catecúmeno, para participar
en esta etapa, el simpatizante debe expresar su “deseo de cambiar de vida y entrar en relación
personal con Dios en Cristo” (RICA, n.15). En este lapso se escucha y lee la Palabra de Dios, se
aprende a rezar, a vivir en comunidad, se aprende el Credo, los dogmas, preceptos de la Iglesia,
ritos y fiestas, se analiza la estructura de la iglesia, se conoce acerca de los santos, entre otros
temas igual de importantes. La etapa concluye con la celebración del Rito de la Elección y del
Llamado, por el cual, la iglesia, acepta a los catecúmenos y les permite recibir los sacramentos.
Este catecumenado puede durar varios años, según lo disponga cada Conferencia Episcopal.

Tercera etapa

La purificación o iluminación: En esta etapa son elegidos aquellos catecúmenos que ya alcanzaron
la madurez suficiente de la fe, lo que los autoriza a participar de los sacramentos de la religión.
Culmina con la celebración de la elección en donde se presenta a los candidatos, se realiza un
examen de conciencia, se hace penitencia y, los candidatos deben pedir el sacramento del
bautismo.
Es una etapa que busca afirmar la fe a través de la oración. También se busca que el catecúmeno
pueda discernir sobre aquello que es, que busque la superación personal, espiritualmente
hablando, y que pueda ser creyente con todo lo que ha aprendido en el proceso.

Cuarta etapa

La mistagogia: Es la última etapa, en ella se profundiza en los sacramentos, especialmente el
sentido teológico de cada uno de los tres sacramentos principales (bautismo, comunión y
confirmación). La mistagogia es el tiempo de “conocimiento más completo y fructífero de los
misterios a través de las nuevas explicaciones y sobre todo de la experiencia de los sacramentos
recibidos” (RICA, n.38)
, lo que se pretende es que los nuevos creyentes le den sentido a la fe,
entiendan el sentido de la iglesia y del mundo.

“La vida eterna consiste en conocer al verdadero Dios y a Jesucristo, a quien él envió. Resucitando
de los muertos, Jesús fue constituido, por Dios, Señor de la vida y de todas las cosas, visibles e
invisibles. Si quieren ser discípulos suyos y miembros de la Iglesia, es necesario que sean instruidos
en toda la verdad revelada por él; que aprendan a tener los mismos sentimientos de Jesucristo y
procuren vivir según los preceptos del Evangelio; y, por tanto, que amen al Señor Dios y al prójimo
como Cristo nos mandó hacer, dándonos el ejemplo” .

(RICA, n.76)

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