

Tips Litúrgicos
TIEMPO DE CUARESMA
Color (Morado).
//VIERNES DE LA I SEMANA DE CUARESMA, Abstinencia / Misal:ants. y oracs. props., Pf. Cuaresma./LECC.: vol. II./Liturgia de las Horas: oficio de la Feria.
La Cuaresma: Reconciliación con Dios y con los hermanos
Lecturas del Dia:
1ª Lectura: Ez 18, 21-28. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado, y no que se convierta de su conducta y viva?
Salmo:Sal 129. R. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Evangelio: Mt 5, 20-26. Vete primero a reconciliarte con tu hermano.
Martirologio: elogs. del 15 de marzo, pág. 207.
CALENDARIOS:
Zaragoza: Beato Agno, obispo (conm.).
PRIMERA LECTURA DE HOY
Libro de Ezequiel 18, 21-28
Esto dice el Señor Dios:
«Si el malvado se convierte de todos los pecados cometidos y observa todos mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se tendrán en cuenta los delitos cometidos; por la justicia que ha practicado, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado —oráculo del Señor Dios—, y no que se convierta de su conducta y viva?
Si el inocente se aparta de su inocencia y comete maldades, como las acciones detestables del malvado, ¿acaso podrá vivir? No se tendrán en cuenta sus obras justas. Por el mal que hizo y por el pecado cometido, morirá.
Insistís: No es justo el proceder del Señor. Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá».
Palabra de Dios.
Salmo de hoy
Salmo 129, 1b-2. 3-4. 5-7ab. 7cd-8
R/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor. R/.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R/.
Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y Él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.
Evangelio del día de Hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil” tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehena” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».
Palabra del Señor.
Evangelio de Hoy en Audio
Reflexión del VIERNES DE LA I SEMANA DE CUARESMA
. Ezequiel 18, 21-28: "¿Acaso quiero yo la muerte del malvado?"
Dios revela su corazón misericordioso: no se deleita en el castigo, sino en la conversión del pecador. El profeta subraya que la identidad moral no está fijada por el pasado:
- La dinámica del arrepentimiento: El malvado que se convierte vive, y el justo que se corrompe muere (v. 24-26). Dios juzga el corazón presente, no las acciones pasadas. Como enseña san Gregorio Nacianceno: "Dios no recuerda los pecados de quienes se arrepienten".
- Justicia y misericordia: La parábola desmonta la mentalidad fatalista. Dios no es un juez implacable, sino un Padre que espera con paciencia (cf. 2 P 3,9). Su "deseo" (v. 23) es salvar, no condenar.
2. Salmo 129 (130): "Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?"
Este salmo penitencial, clamado "desde el abismo", refleja la confianza en el perdón divino que trasciende toda culpa:
- Perdón que redime: El salmista reconoce que nadie sobreviviría si Dios aplicara su justicia estricta (v. 3). Pero su "misericordia es más grande que la vida" (cf. Catecismo, 1847).
- Espera activa: "Mi alma aguarda al Señor" (v. 5). La esperanza no es pasiva; exige humildad y perseverancia, como el vigía que anhela la aurora (v. 6).
3. Mateo 5, 20-26: "Vete primero a reconciliarte con tu hermano"
Jesús eleva el estándar de la justicia: no basta cumplir normas externas; exige transformación del corazón y reconciliación.
- Ira y reconciliación: La ira no resuelta es semilla de muerte espiritual (v. 22). Jesús prioriza restaurar relaciones rotas incluso sobre el culto (v. 24), pues "el amor cubre la multitud de los pecados" (1 P 4,8).
- Justicia relacional: La "justicia mayor" (v. 20) no es mérito humano, sino gracia que nos hace hijos del Padre (cf. Catecismo, 1968).
Conexión y aplicación práctica:
- Conversión como respuesta al amor divino: Las tres lecturas muestran que el perdón de Dios (Ezequiel y Salmo) debe traducirse en acciones concretas de reconciliación (Mateo).
- Urgencia del ahora: Ezequiel advierte que el tiempo para convertirse es hoy; Jesús exige resolver conflictos "antes de presentar tu ofrenda" (v. 24).
- Acciones concretas:
- Examen diario: Identificar resentimientos o divisiones, siguiendo el consejo de san Ignacio: "Rezar como si todo dependiera de Dios, actuar como si todo dependiera de ti".
- Sacramento de la Reconciliación: Abrazar la gracia que renueva el corazón (Salmo 129) y restaura relaciones.
- Practicar la humildad: Reconocer que, como el malvado de Ezequiel, todos necesitamos volvernos a Dios cada día.
Conclusión: Estas lecturas nos confrontan con un Dios que nos busca antes de que lo busquemos. Su misericordia no es indulgencia barata, sino un llamado a vivir en coherencia con su amor. Como escribió san Juan de la Cruz: "Al atardecer de la vida, seremos examinados en el amor". Que nuestra respuesta sea, como Ezequiel, el Salmista y Jesús enseñan: convertirnos, confiar y reconciliar.
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