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Lecturas, Evangelio y Reflexion de hoy Jueves 13 de Marzo del 2025 - JUEVES DE LA I SEMANA DE CUARESMA -

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Tips Litúrgicos

TIEMPO DE CUARESMA

Color (Morado).

//JUEVES DE LA I SEMANA DE CUARESMA / Misal:ants. y oracs. props., Pf. Cuaresma./LECC.: vol. II./Liturgia de las Horas: oficio de la Feria.

La Cuaresma: Renovar la fe en la oración.

Lecturas del Dia:

1ª Lectura: Est 4, 17k. l-z. No tengo más defensor que tú.

Salmo:Sal 137. R. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.

Evangelio: Mt 7, 7-12. Todo el que pide recibe.

Martirologio: elogs. del 14 de marzo, pág. 206.
CALENDARIOS:

Córdoba: San Rodrigo, presbítero y mártir (conm.).
Oviedo: Santos cuyas reliquias se custodian en la archidiócesis (conm.).
Santo Padre: Aniversario de la elección del papa Francisco (2013).

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Ester 4, 17k. l-z

En aquellos días, la reina Ester, presa de un temor mortal, se refugió en el Señor.

Y se postró en tierra con sus doncellas desde la mañana a la tarde, diciendo:
«¡Bendito seas, Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob! Ven en mi ayuda, que estoy sola y no tengo otro socorro fuera de ti, Señor, porque me acecha un gran peligro.

Yo he escuchado en los libros de mis antepasados, Señor, que tú libras siempre a los que cumplen tu voluntad. Ahora, Señor, Dios mío, ayúdame, que estoy sola y no tengo a nadie fuera de ti. Ahora, ven en mi ayuda, pues estoy huérfana, y pon en mis labios una palabra oportuna delante del león, y hazme grata a sus ojos. Cambia su corazón para que aborrezca al que nos ataca, para su ruina y la de cuantos están de acuerdo con él.

Líbranos de la mano de nuestros enemigos, cambia nuestro luto en gozo y nuestros sufrimientos en salvación».

Salmo de hoy

Salmo 137, 1bcd-2a. 2bcd-3. 7c-8

R/. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R/.

Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.

Evangelio del día De Hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 7-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.

Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!

Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas».

Palabra del Señor.

Evangelio de Hoy en Audio

Reflexión del JUEVES DE LA I SEMANA DE CUARESMA

1. Ester 4, 17 (Add. Est 4, 17k-z): "No tengo más defensor que tú"

En este pasaje (perteneciente a las partes deuterocanónicas del libro de Ester), la reina Ester eleva una oración desgarradora ante la amenaza de exterminio de su pueblo. Reconociendo su fragilidad, clama a Dios como único defensor.

  • Fe en la providencia divina: Ester actúa con valentía, pero su fuerza nace de la confianza en que Dios escucha al vulnerable (cf. Catecismo, 2098: La oración es el encuentro entre la sed de Dios y la sed del hombre).
  • Intercesión y riesgo: Su ayuno y súplica reflejan que la verdadera oración implica entrega total, incluso ante el peligro. Como dice san Juan Crisóstomo: "La oración es un arma cargada de futuro".
  • Dios actúa en lo oculto: Aunque el nombre de Dios no se menciona explícitamente en el texto hebreo de Ester, su presencia se revela en la liberación del pueblo, recordando que Él guía la historia incluso desde el silencio.

2. Salmo 137 (138): "Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor"

Este salmo es un himno de gratitud por la fidelidad de Dios, que responde al clamor del corazón.

  • Alabanza en la debilidad: El salmista proclama: "En el día de mi angustia, tú me respondiste" (v. 3). La oración auténtica no niega el sufrimiento, pero lo trasciende con esperanza (cf. San Agustín: "Nos hiciste para ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti").
  • Humildad y confianza: Dios se inclina ante el humilde (v. 6), no ante el arrogante. El salmo une acción de gracias y súplica, mostrando que la fe es un diálogo constante.

3. Mateo 7, 7-12: "Todo el que pide recibe"

Jesús enseña sobre la eficacia de la oración perseverante y presenta la Regla de Oro: "Traten a los demás como quieren que ellos los traten" (v. 12).

  • Persistencia con fe: Las palabras "pidan, busquen, llamen" (v. 7) implican acción continua. Dios no es un banquero cósmico, sino un Padre que da "cosas buenas" (v. 11), aunque no siempre lo que esperamos (cf. Catecismo, 2609: La oración purifica nuestros deseos).
  • La Regla de Oro como fruto de la oración: El trato misericordioso hacia otros es consecuencia de haber recibido el amor de Dios. Como explica san Francisco de Sales: "La medida del amor a Dios es amarlo sin medida".

Conexión y aplicación práctica:

  • De la súplica a la acción: Las tres lecturas muestran que la oración auténtica no es pasiva. Ester intercede y actúa; el salmista alaba en medio del dolor; Jesús vincula la recepción de dones con el compromiso ético.
  • Dios escucha al quebrantado: Tanto Ester como el salmista revelan que la humildad atrae la mirada de Dios. Él no responde a la auto-suficiencia, sino al corazón necesitado.
  • Acciones concretas:
    1. Orar con audacia: Imitar a Ester, presentando a Dios incluso lo que parece imposible.
    2. Agradecer en toda circunstancia: Cultivar la alabanza diaria, como el salmista, recordando las obras de Dios.
    3. Vivir la Regla de Oro: Transformar la oración en servicio, tratando a otros con la misma misericordia que deseamos recibir.

Estas lecturas nos invitan a confiar en el Dios que defiende, escucha y provee. Como Ester, somos llamados a ser instrumentos de su providencia; como el salmista, a bendecir su nombre en la tormenta; y como Jesús enseña, a convertir la oración en un estilo de vida que irradia amor. En palabras de santa Teresa de Calcuta: "La oración no cambia a Dios, nos cambia a nosotros y, a través de nosotros, cambia el mundo"

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