para la celebración de la misa del matrimonio
Los formularios que se exponen a continuación se utilizan siempre que la celebración del matrimonio tenga lugar dentro de la Misa, bajo la siguiente normativa:
En el Triduo pascual, en las solemnidades de Navidad, Epifanía, Ascensión, Pentecostés, Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo y en las solemnidades de precepto, solamente se conserva la bendición sobre el esposo y la esposa que se pronuncia después del Padrenuestro. Todos los demás elementos, tanto de la eucología como de la Liturgia de la Palabra son los propios del día.
En los domingos de Adviento, Cuaresma, Pascua y en las demás solemnidades, se utilizan los formularios propios de esos días. En la Liturgia de la Palabra, dado el gran valor que tiene para una catequesis del sacramento, puede tomarse una de las lecturas para la Misa ritual; que presenta el Leccionario, se reza la bendición sobre los esposos después del Padrenuestro y, si no hay un formulario más propio, puede decirse la bendición solemne final.
En los domingos de Navidad y del tiempo "durante el año", si la comunidad parroquial no participa de las Misas en la que se celebra el matrimonio, puede utilizarse de manera íntegra los formularios que siguen a continuación con las lecturas propias.
En todos los demás días, se celebra la Misa para la celebración del matrimonio con todos sus elementos y las lecturas propias.
Cuando se celebra la Misa ritual se utilizan los ornamentos blancos.
Si el matrimonio se celebra en tiempo de Adviento o Cuaresma, o en otros días de carácter penitencial, el párroco deberá exhortar a los esposos a que tengan en cuenta la naturaleza peculiar de esos tiempos litúrgicos.
Monición de Entrada
El Sacramento del Matrimonio celebra el amor, es decir, el encuentro con el otro, la entrega mutua, la confianza, la comunicación, en una palabra, cuando el amor por el otro es la razón y el común denominador de la vida. La comunidad en el matrimonio, celebra que todo amor viene de Dios; los cónyuges son el símbolo del amor de Cristo (Esposo) a la Iglesia (Esposa) con la que está unido en la alianza eterna del amor.
Antífona de entrada
Que el Señor te auxilie desde su santuario y te proteja desde Sión; que satisfaga todos tus deseos y cumpla todos tus proyectos. (T.P. Aleluia). (Cf. Sal 19,3.5)
Se omite el acto penitencial. Se canta o se dice el Gloria.
Oración colecta
Atiende, Padre, nuestras súplicas y asiste con bondad el proyecto por el cual dispusiste la propagación del género humano, de modo que lo que Tú creaste como autor, sea preservado con tu ayuda. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Hermanos, seamos testigos de la historia de amor que hoy le ofrecen (N) y (N) a Dios, para bendecirla con la alianza santa del Matrimonio.
Acto Penitencial
Sacerdote: Hermanos para disponernos a celebrar la unión matrimonial de (N) y (N) reconozcamos con humildad la necesidad de Dios y pidamos perdón por nuestros pecados.
Yo confieso...
Liturgia de la Palabra
Monición de la primera lectura
El amor lleno de encanto, de gozo, de poesía. Y un amor firme, vivo como una llama que nada puede apagar. Y un amor que es al mismo tiempo como dicen los apóstoles y los profetas un reflejo del Amor entre Dios y su pueblo, y entre Jesucristo y su iglesia.
Lectura del libro del Eclesiástico Si 26, 1-4,16-21
Dichoso el marido de una mujer buena: se doblarán los años de su vida. La mujer hacendosa hace prosperar al marido, él cumplirá sus días en paz. Mujer buena es buen partido que recibe el que teme al Señor: sea rico o pobre, estará contento y tendrá cara alegre en toda sazón. Mujer hermosa deleita al marido; mujer prudente lo robustece; mujer discreta es don del Señor: no se paga un ánimo instruido; mujer modesta duplica su encanto: no hay belleza que pague un ánimo casto. El sol brilla en el cielo del Señor, la mujer bella, en su casa bien arreglada.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial 127, 1-2.3; 4-5
V/. Dichosos los que temen al Señor.
R/. Dichosos los que temen al Señor.
V/. Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
Serás dichoso, te irá bien.
R/. Dichosos los que temen al Señor.
V/. Tu mujer, como vid fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos como renuevos de olivo
alrededor de tu mesa.
R/. Dichosos los que temen al Señor.
V/. Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión.
Que veas la prosperidad de Jerusalén,
todos los días de tu vida.
R/. Dichosos los que temen al Señor.
Monición a la Segunda Lectura
Un amor que sea verdadero no se contenta con las palabras: pasa decididamente a los hechos. El amor así da todo su valor a la vida presente, y se mantiene para siempre en la vida eterna. Un amor así es el camino mejor y lo es de modo especial en la unión del matrimonio.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios
1 Co 12, 31-13, 8a
Hermanos:
Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino mejor. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de predicción y conocer todos los secretos y todo el saber; podría tener una fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca.
Palabra de Dios.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, Aleluya les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros como yo los he amado (Jn. 13-34)
† Lectura del santo Evangelio según San Juan 2, 1-11
En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vivo y la madre de Jesús le dice:
−No les queda vino.
Jesús le contesta:
−Mujer, déjame: todavía no ha llegado mi hora.
Su madre dice a los sirvientes:
−Haced lo que él os diga.
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los
judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dice:
−Llenad las tinajas de agua.
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les manda:
−Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.
Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino, sin
saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y
entonces llama al novio y le dice:
−Todo el mundo pone primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos el
malo; tú, en cambio, has guardado el vivo bueno hasta ahora. Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y
creció la fe de sus discípulos en él.
Palabra del Señor.
Rito del Matrimonio
Sacerdote: Hermanos, ustedes han venido a la iglesia para que el Señor consagre con su sello el amor que ustedes se tienen, para que yo, como sacerdote y ministro de Dios, los bendiga, y para que todos los presentes seamos testigos del compromiso que ustedes van a contraer.
Así pues, ante esta comunidad cristiana que representa la iglesia, yo les pregunto: (N) y (N) ¿Han venido aquí a contraer matrimonio por su libre y plena voluntad y sin que nadie ni nada los presione?
(El) Y (Ella): Sí venimos libremente.
Sacerdote: ¿Están dispuestos a recibir con amor los hijos que Dios les dé y a educarlos según la ley de Cristo y de su iglesia?
(El) Y (Ella): Sí estamos dispuestos.
Consentimiento
Sacerdote: Así pues, ya que quieren establecer entre ustedes la alianza santa del matrimonio, unan sus manos y expresen su consentimiento delante de Dios y su Iglesia.
Yo, (El) te recibo a ti (N) como mi esposa y prometo guardarte fidelidad, en la prosperidad y en la adversidad, en la salud, en la enfermedad y amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Yo, (Ella) te recibo a ti (N) como mi esposo y prometo guardarte fidelidad, en la prosperidad y en la adversidad, en la salud, en la enfermedad y amarte y respetarte todos los días de mi vida
Confirmación
Sacerdote: Este consentimiento que ustedes han manifestado ante la iglesia, el Señor lo confirme benignamente y se digne colmarles de su bendición. Lo que une Dios no lo separe el hombre, Amén.
Bendición de los Anillos y las Arras
Sacerdote: Bendice Señor a estos hijos tuyos (N) y (N) y Santifícalos en tu amor, y que estos anillos y estas arras, símbolo de fidelidad y ayuda mutua, les recuerden siempre el cariño que se tienen. Por nuestro Señor Jesucristo, Amén.
(N) Recibe este anillo como símbolo de mi amor y fidelidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo, Amén.
(N) Recibe este anillo como símbolo de mi amor y fidelidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo, Amén.
Entrega de las Arras
(El) Recibe también estas arras. Son prenda del cuidado que tendré de que no falte lo necesario en nuestro hogar.
(Ella) Yo las recibo en señal del cuidado que tendré de que todo se aproveche.
Monición de Develación de la Novia
Sacerdote: El ritual matrimonial con la develación del rostro de la novia, es signo de entrega y pertenencia a su esposo. A la vez los nuevos esposos se dan un beso como expresión de su amor y consumación de los ritos celebrados. Demos un fuerte aplauso a los nuevos esposos.
Munición
La luz siempre es expresión de claridad, de lo puro, de la gracia. En el bautismo recibimos la luz de cristo para que estemos alejados del pecado y nos acerquemos cada vez más a Dios, una luz que nos invita a conservar, cuidar y fomentar. Los nuevos esposos reciben la luz como símbolo de amor que debe permanecer encendido en su vida matrimonial.
Oración de los Fieles
Sacerdote: Oremos a Dios Padre de quien procede todo amor, bendiga a (N) y (N) que hoy se unen en matrimonio para que construyan su relación y su familia partiendo de una visión cristiana de la vida donde Dios sea siempre su guía y sostén.
Todos: Escúchanos, Señor
Monitor: Gracias a ti, Señor, que nos has creado para que nos amemos. Te pedimos hoy, por (N) y (N) ayúdales en el camino de su matrimonio, a fin de que amándose, den testimonio de su amor, oremos juntos...
Todos: Escúchanos, Señor
Monitor: Te damos gracias, Señor, porque has querido que los presentes acompañaramos hoy a (N) y (N). Haz que los que Ahora somos testigos de su unión, estemos siempre dispuestos a ayudarles, oremos juntos..
Todos: Escúchanos, Señor
Monitor: Te damos gracias, Señor, porque ha pesar que en nuestro mundo te encuentra tanto dolor y tanto mal, tu no dejas de hacer crecer en el corazón de los hombres anhelos de libertad y de justicia. Te pedimos que en nuestra vida, y en la de todos, estos anhelos se conviertan en acciones concretas al servicio de los demás, oremos juntos...
Todos: Escúchanos, Señor
Monitor: Te damos gracias, Señor, porque nos ha dado a la iglesia como mensajera de tu palabra. Te pedimos que esta palabra tuya ilumine siempre el hogar de (N) y (N) y todos los hogares, oremos juntos...
Todos: Escúchanos, Señor
Monitor: Gracias, Señor, porque has dicho que no has venido por los sanos sino por los enfermos. Te pedimos Señor, la sanación interior y de las enfermedades del cuerpo de todos los miembros de nuestras familias, oremos juntos...
Todos: Escúchanos, Señor
Ofrendas
Monitor: Acepta Señor estas ofrendas que te Presentamos en señal de la fe, esperanza y caridad.
Pan, Uvas y Cesta de Alimentos: Ofrendamos ante Ti, Señor, el pan, las uvas y los alimentos. Los alimentos son el Amor de Dios hechos comida. Debemos compartirlos con el projimo.
El pan y las uvas, frutos de la tierra, que en la santa misa serán convertidos por el sacerdote In Persona Christi en el cuerpo y la sangre del Señor, será el mangar exquisito al que nos invita el Señor para fortalecer el amor y nuestro caminar en la vida en comunión con Dios. Después de la consagración hecha por el sacerdote permanecen el olor y sabor del pan y el vino; pero su substancia se ha convertido el el cuerpo y la sangre de Jesucristo.
Hemos venido a esta boda al mejor banquete donde Jesús Hostia Santa, por amor, se nos da para unir nuestra alma a la suya y fortalecer la fe, esperanza y caridad. Señor, danos siempre de ese pan bajado del cielo. Ven, Señor, ven.
Liturgia Eucarística
Oración sobre las ofrendas
Recibe, Dios nuestro, la ofrenda que te presentamos con alegría y guarda con amor de Padre a quienes has unido en alianza sacramental. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio del Matrimonio, pp.
En las Plegarias eucarísticas se toman los elementos propios.
Prefacio
V. El Señor esté con ustedes. R. Y con tu espíritu. V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor. V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Que con el yugo suave del amor y el vinculo indisoluble de la paz, hiciste más fuerte la alianza nupcial, para que aumenten los hijos de tu adopción por la honesta fecundidad de los matrimonios Cristianos.} Tu providencia, Señor, y tu amor, lo dispusieron de manera tan admirable, que por medio del nacimiento de los niños adornas la tierra y, al hacerlos renacer por el Bautismo, haces crecer tu Iglesia. Por Cristo, Señor nuestro. Por él, con los ángeles y los santos, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo,Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
Oración después de la Comunión
Sacerdote: Señor, nosotros que hemos compartido el alimento de su mesa oramos por nuestros amigos (N) y (N) que se han unido en matrimonio. Mantenlos cerca de ti siempre. Que el amor del uno por el otro proclame a todo el mundo su fe en ti. Te lo pedimos por cristo nuestro Señor, Amén.
Acción de Gracias
Monitor: Gracias, Señor, por hacerte presente entre nosotros a través de esta celebración Eucarística, que alimentados de tu cuerpo y sangre nutres y fortaleces nuestro espíritu. Gracias, Señor, porque has permitido santificar la unión de los esposos (N) y (N) y has querido unirlos con la sagrada Eucaristía y el sacramento del matrimonio. Gracias, Señor, gracias.
Bendición Final
Sacerdote: Que el eterno Padre conserve unidos en su amor a (N) y (N) para que la paz de Cristo habite en ellos y permanezca en su hogar.
Todos: Amén.
Sacerdote: Que (N) y (N) tengan en los hijos una bendición, en los amigos un consuelo, en sus familiares un refugio amoroso y en su trato con todos, una paz verdadera.
Todos: Amén.
Sacerdote: Que sean testigos del Amor de Dios en el mundo, para que los pobres y afligidos, habiendo encontrado en ustedes ayuda y consuelo, los reciban algún día, en la casa eterna de Padre.
Todos: Amén.
Sacerdote: Y que a todos ustedes los que están aquí presentes los bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Sacerdote: Pueden ir en paz.
todos: Demos gracias a Dios.
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