Monición de Entrada
De nuevo nos hemos reunido para dar gracias a Dios, por todo lo que tenemos y por aquello que no tenemos también. En la celebración de este día nos uniremos en oración por nuestros hermanos enfermos. Ellos que en medio de sus dolencias experimentan el auxilio inmediato de Dios. Iniciemos pues
esta celebración, con el corazón lleno de alegría y dispuestos a escuchar la palabra de nuestro Dios.
Feria de Adviento. Día 19 de diciembre.
Ciclos A, B y C
Monición a la primera Lectura
Hermanos y hermanas, en esta lectura del libro de los Jueces, somos testigos del relato que narra el nacimiento de Sansón, un hombre elegido por Dios desde el seno materno para cumplir una misión especial. Es un nacimiento de una mujer estéril que anticipa la fertilidad de la Virgen María. Escuchemos.
Lectura del libro de los Jueces 13, 2-7.2 4-25a
En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos.
El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo:
—«Eres estéril y no has tenido hijos. Pero concebirás y darás a luz un hijo; ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer. Él empezará a salvar a Israel de los filisteos».
La mujer fue a decirle a su marido:
—«Me ha visitado un hombre de Dios que, por su aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era, ni él me dijo su nombre. Sólo me dijo: "Concebirás y darás a luz un hijo: ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro; porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte"».
La mujer de Manoj dio a luz un hijo y le puso de nombre Sansón.
El niño creció y el Señor lo bendijo.
Y el espíritu del Señor comenzó a agitarlo.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 70, 3-4a. 5-6ab. 16-17 (R.: cf. 8ab)
R. Que mi boca esté llena de tu alabanza
y cante tu gloria.
Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.
Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R.
Contaré tus proezas, Señor mío,
narraré tu victoria, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R.
Monición del Evangelio
Hermanos y hermanas, en la lectura del santo Evangelio según San Lucas, encontramos el relato del anuncio del nacimiento de Juan el Bautista, un evento extraordinario que muestra la fidelidad de Dios a sus promesas.
EVANGELIO
El ángel Gabriel anuncia el nacimiento de Juan Bautista
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 5-25
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel.
Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.
Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso.
Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor.
Pero el ángel le dijo:
—«No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto».
Zacarías replicó al ángel:
—«¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada».
El ángel le contestó:
—«Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento».
El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo.
Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo:
—«Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres».
Palabra del Señor.
Peticiones y ofrendas para la misa de Aguinaldos
Oración de los Fieles (Peticiones de la Misa de Aguinaldos)
- Por la Iglesia Universal, para que en este tiempo de adviento, podamos preparar nuestros corazones para recibir a Jesús, el Salvador. Que seamos portadores de paz, amor y esperanza en el mundo. Oremos al Señor.
- Por aquellos que atraviesan tiempos de dificultad y soledad en esta temporada navideña, para que encuentren consuelo en el mensaje de esperanza y el amor de Dios. Que la luz de Cristo ilumine sus vidas. Oremos al Señor.
- Por los líderes mundiales, para que trabajen en favor de la paz y la justicia en todas las naciones. Que sus decisiones estén guiadas por la compasión y el bien común. Oremos al Señor.
- Por las familias que enfrentan adversidades económicas o problemas internos, para que el espíritu de unidad y perdón prevalezca en sus hogares en esta época especial. Oremos al Señor.
- Por todos nosotros reunidos aquí, para que en este tiempo de preparación para la Navidad, renovemos nuestra fe, fortalezcamos nuestra esperanza y avivemos nuestro amor por Dios y por nuestros semejantes. Oremos al Señor.
Monición para la Presentación de Ofrendas
En este momento de la celebración, nos disponemos a presentar nuestros dones ante el altar del Señor. Estas ofrendas representan no solo lo material, sino también nuestros esfuerzos, trabajos y anhelos. Que estos dones, reunidos en amor y solidaridad, sean un testimonio vivo de nuestro compromiso con Dios y con nuestros hermanos. Que al presentarlos, también ofrezcamos nuestros corazones, dispuestos a seguir el ejemplo de María, quien entregó su vida para el cumplimiento del plan divino. (En este momento pasan en procesión las ofrendas de los fieles sin aplaudir)
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