Les compartimos este novenario a la Virgen Inmaculada Concepción, el cual su fiesta solemne se celebra el 08 de Diciembre de cada año.
Oración para todos los días
María madre admirable a tus pies venimos para meditar tus virtudes y celebrar tus alabanzas. Tú vas a hacer durante estos nueve días el objeto de nuestra contemplación. Tú centro de pábulos de nuestros deseos, muéstrate pues, tan bella y tan perfecta como eres a través del espeso velo de nuestra carne; disipa la niebla de nuestro entendimiento para que te conozcamos, reanima el desmayo de nuestro corazón para que te cantemos según mereces subyuga la voluntad del rebelde y pervertida a tus santos deseos.
Admiración y amor yo no puedo rehusártelos mientras sea capaz; mas para imitarte oh Señora necesito el auxilio de la gracia que por tu distribuye el Omnipotente. Grandes son mi debilidad y mi miseria; mas Tú no querrás que un alma y un corazón que desde hoy se te consagran de veras permanezcan fuera de tu amor y de la ley y amor de Jesucristo. Sincero es el don, no rehúses de nuestras suplicas Amen.
Día Primero
El altísimo ha santificado su tabernáculo (Salmo 45-4)
Madre Inmaculada; tu gloria es sin par como tu pureza sin mancilla y una y otra ceden en esperanza y bien de nosotros infelices tus hermanos en Adán y tus hijos en Jesús. En la general prevaricación primera de que todos nos hicimos reos cábenos el consuelo de tu preservación santísima; una y mil veces nos gozamos en proclamarla y aceptamos como honor común a la humana raza y prenda del valimento y proteccion soberana, el que uno de sus miembros permanecieran sin contaminarse siempre puro, siempre aceptable a los ojos del Señor.
Pero ¿que vale un privilegio celebrar, no cuidando de conservar la divina gracia? Tú tan Santa, nosotros tan corrompidos; Tú tan vigilante, nosotros tan descuidados; Tú tan fuerte humilde, nosotros tan débiles presuntuosos.
Madre de Dios y Madre nuestra; no permitas que El sea ofendido y que nosotros le ofendamos y danos un corazón para deshacerse todo en contrición y en arrepentimiento.
Amen
Jaculatoria
Madre Inmaculada hacedme casto de alma y cuerpo. Madre Inmaculada dame fuerza y valor en las tentaciones. Madre Inmaculada sed mi confianza en la vida y mi amparo en la hora de mi muerte.
Amen
Gozos
A la Inmaculada Concepción
Santa Iglesia Universal repetid con alegría. Sois Concebida María, sin pecado Original. R/. Arboles de la montaña Que alzáis las copas al Cielo Nieves, escarchas y hielo Y bramador vendaval Bendecid a vuestra Reina Y repetid con Alegría. Sois Concebida María, sin pecado Original. R/. Lindas flores de los valles Y flores de los jardines Violetas, rosas, jazmines; De blancura sin igual, Exhalad blandos aromas Y repetid cada día. Sois Concebida María, sin pecado Original. R/. Estrellas del Firmamento Blanca luna, sol ardiente, Agua clara del torrente Tan limpia como el cristal Bendecid a Dios del cielo Y repetid con alegría. Sois Concebida María, sin pecado Original. R/. Apacible primavera Crudo invierno ardiente Fuego, granizo y roció Y asolador temporal Ensalzad a nuestra Madre Y decid con Alegría. Sois Concebida María, sin pecado Original. R/. Pobres ancianos, enfermos; Y jóvenes Valerosos, Niños que duermen gozosos Sobre el seno maternal Alzad los ojos al cielo Y repetid cada día. Sois Concebida María, sin pecado Original. R/. Almas nobles fervorosas En el mundo desterradas, Vírgenes puras amadas, Del monarca celestial, Complaced a vuestro esposo Repitiendo cada Día. Sois Concebida María, sin pecado Original. R/. Pueblos todos de la tierra Señores de las naciones De este valle terrenal, Doblad con amor la frente Y repetid cada día. Sois Concebida María, sin pecado Original. R/. Sacerdotes del Eterno padre, Pontífices, Confesores, Y santos habitadores De la ciudad eternal Repetid mil y mil veces Llenos de santa alegría. Sois Concebida María, sin pecado Original. R/. Espíritus soberanos Que cercáis nuestros altares Ofreced nuestros cantares Al rey del cielo inmortal Y ensalzad a vuestra Reina Repitiendo cada día. Sois Concebida María, sin pecado Original. R/.
Día Segundo
Toda hermosa eres, oh, María; y en ti no hay ninguna Mancha. (Cantar 47)
Madre Inmaculada vaso de honor y predilección que el Eterno llenó de sus gracias hasta el colmo. Cuánta es la grandeza de tus designios, cuánta la santidad con que ella correspondiente. Llenaste los designios mas altos, apareciste como la obra maestra del poder devino y el mas vivo reflejo de sus infinitas perfecciones y cada uno de los instantes de tu vida mortal se exhaló al pie de su trono cual precioso aroma. Míranos formados de baro quebradizo y trocados en vasos de corrupción por más que sobrenaturales gracias en copiosa medida han llovido también sobre nuestra alma.
El Señor no menos que madre suya, te predestinó a ser modelo nuestro en la tierra y nuestro amparo y defensa en el cielo. No suceda no, que este titulo tuyo tan glorioso quede sin cumplimiento respecto de nosotros. Tu destino es ser madre mía y el mío es ser hijo tuyo. Concédeme que sienta hacia ti aquel amor que es una prenda casi segura de salvación. Imprime en mi tu imagen como en ti se imprime la de Dios y tu Voluntad que es la suya, haga que la mía quiera lo que quieres: que esa sería mi perfección y dicha el logro de mi fin el descanso eterno de todo mi ser.
Tú ocupas el excelso trono que para ti, estaba asentado sobre los coros de los ángeles. Oh, no permitas que por mi culpa queda vacío el lugar que me preparó tu hijo en la patria celestial.
Amen.
Día Tercero
Tú has hallado gracia delante de Dios (Lucas 1-8)
Inmaculada y Purísima María madre de Dios; Voz sois superior a todos los santos y después de Jesucristo, Vos sola habéis hallado gracia delante de Dios en el privilegio de vuestra santa concepción. Oh excelsa princesa: cubridnos con el manto de vuestra misericordia: oh virgen Inmaculada nos acogemos a la sombra de vuestro amparo y nos cobijamos con vuestro manto y con filial confianza os suplicamos que aplaquéis con vuestras suplicas el enojo de hijo, provocado por nuestros pecados para que no nos desampares y nos deje en poder del demonio nuestro cruel enemigo.
Oh María llena la gracia alumbrad nuestro entendimiento, soltad nuestra lenguas para que canten vuestros loores en el misterio de vuestra Inmaculada Concepción.
Amen.
Día Cuarto
Me Elevare e iré a ver al gran prodigio de que no se quema la zarza (Éxodo 3)
Vos sois, Virgen purísima aquella única mujer en quien el Salvador halló su descanso y a quien sin reservas franqueó todos sus tesoros. Por esta razón venera la iglesia vuestra Inmaculada Concepción, privilegio sobre todos los demás pues en vos como en templo de Dios se dio principio a la salvación del mundo y se hizo la reconciliación entre Dios y los hombres.
Vos sois aquel huerto cerrado oh gran madre de Dios, en el cual no entró ser alguno que mancillara vuestra pura alma, sois aquel hermoso jardín en el que puso Dios todas loas flores: Vos sois el paraíso de donde salio la fuente de agua viva que fecundizó toda la tierra. Os alabo por los beneficios que habéis dispensado al mundo; Vos sois el manantial por donde se nos comunican todos los bienes y las gracias. Oh madre mía, alcanzadme lo que necesito para mi salvación.
Amen.
Día Quinto
Yo soy la flor del campo y el lirio de los valles (C.I.I. 1)
Oh Virgen bendita; me complazco de que vengáis al mundo llena de gracia y escogida entre todos los ángeles y santos. Bendito la infinita misericordia de Dios, quien por vos nos mostró abiertas las puertas del cielo, que la culpa nos tenia cerradas. Ruego, madre mía me alcancéis del Señor la gracia de apartarme de las ocasiones de pecado para cantar dignamente vuestras glorias.
Socorrednos oh misericordiosa Señora sin fijaros en la multitud de nuestros pecados; bien sabéis la necesidad que tenemos de nuestra asistencia a vos pues nos encomendamos; haced Señora que no nos perdamos sino que os sirvamos y amemos.
Amén.
Día Sexto
Esta ley de muerte no ha sido dada para ti, sino para los demás. (Ester 11-13)
Cándida azucena de los jardines celestiales. Purísima María, única privilegiada criatura que habéis atravesado este valle de dolor sin ser herida con las espinas de la culpa ni aficionada por la concupiscencia; para quienes en atención a los méritos de Jesucristo, se suspendió la fatal ley de la humana naturaleza que alcanza a todos los desentiendes de Adán pura y en fin santísima no solo antes de nacer, sino desde el instante mismo de vuestra concepción.
Toda la humanidad os saluda, Madre mía y se felicita de vuestros incomprensibles privilegios viendo en vos y en ellos la garantía de su restauración. Si vos pues, cifro mis esperanzas de salvación después de Dios: Madre mía, interceded por este infeliz pecador que desea alabaros eternamente en la gloria.
Amén.
Día Séptimo
Pero a ti no te daré muerte porque llevaste el Arca del Señor. (III Rey 11-26)
Purísima radiante, gloriosa madre mía, dulcísima alegría de este valle de dolor; os venero como lleno de gracia de bendición para los hombre, pues sois la causa de nuestra alegría, pues por nuestro medio rasgó Jesucristo la sentencia de muerte mudándola en fuente de bendición. Os saludo templo de la gloria de Dios, casa sagrada del Rey del cielo.
Vos con Jesucristo reconciliasteis a los hombres con su Dios, Os venero madre de los pecadores; ciertamente merecéis ser bendecida, porque sólo vos entre todas las mujeres fuiste digna de ser madre de nuestro Creador en donde, como en purísima escala subieron los suspiros de la tierra y bajaron las esperanzas del cielo.
Oh María: si pongo mi confianza en vos alcanzaré los medios de mi salvación y si me escogéis bajo vuestro dulce amparo, nada temeré porque para vuestros verdaderos devotos sois un escudo impenetrable en los asaltos de nuestros enemigos. Madre de Dios, amparadnos.
Amén.
Día Octavo
Oh, llegaos a mi, para que os llenéis de la dulzura de mi corazón (Ecle. 24-21)
Purísima alegría del valle del dolor; Madre de misericordia: aplacad a vuestro hijo; Vos que estáis en lo más alto del cielo y todos en el mundo, valle de lágrima os reconocemos como nuestra abogada.
Os rogamos pues oh virgen María que nos concedáis el socorro de nuestras súplicas delante de Dios, suplicas más estimables y preciosas que todos los tesoros de la tierra, súplicas que obligan al Señor a perdonar nuestros pecados y nos alcanza abundancia de beneficios; súplicas que ahuyentan a nuestros enemigos y confunden sus proyectos y ataques, vida y esperanza nuestra, consoladnos, no nos abandonéis a nosotros que confiados nos llegamos a nuestras purísimas plantas.
Amén.
Día Noveno
Este es el camino; caminad por él (Isaias 30-21)
A vuestras Purísimas plantas oh Inmaculada madre de Dios, mas bien que las perfumadas flores ponemos en vuestra era la flor de nuestro corazón, aplacad a vuestro hijo, socorrednos oh misericordiosísima Señora: acordaos que nuestro Creador se revistió de carne humana en casto seno no para condenar a los pecadores, sino para salvarlos y redimirlos.
¿Acaso podéis olvidar a los hombres siendo vuestros hijos? Ay, que no ciertamente. Vos no ignoráis los peligros en que vivimos y en el estado miserable en los que se hallan vuestros siervos. no, no está bien a una misericordia tan grande como la vuestra olvidarse de una tan extremada miseria como la nuestra.
Reprimid con vuestro poder el furor de nuestros enemigos; pues si vos nos ayudáis jamas prevalecerá contra nosotros pues Dios os ha hecho poderosa en los cielos y en la tierra.
Amén.
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Excelente Material!
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