¿Juanito Alimaña? otra ciudad es posible

Fermento

“La calle es una selva de cemento

Y de fieras salvajes, cómo no

Ya no hay quien salga loco de contento

Donde quiera te espera lo peor

Donde quiera te espera lo peor”

Héctor Lavoe

Tomo las llaves para abrir las rejas de mi casa, me preparo para la salida, miro el Sagrado Corazón de Jesús y elevo una oración: “Protégeme Dios mío”. Una escena que se repite en muchos hogares venezolanos, salir a la calle siempre había sido un reto en nuestra patria, ahora con la pandemia el reto cobra unas dimensiones colosales. Definitivamente la canción interpretada por Héctor Lavoe se convierte en un sentimiento colectivo y continúa teniendo vigencia.

La calle es una selva de Cemento

La selva es un lugar inhóspito, que no ofrece las condiciones necesarias para la supervivencia humana donde “no existe abrigo contra las intemperies de la naturaleza”. Pensar en la ciudad como selva me hace imaginar en cada recoveco, cruce o avenida leones, serpientes, alacranes, tormentas y fríos inclementes. Una concepción que debemos ir cambiando.

La realidad es que la mayor parte de la humanidad vive en ciudades, la ciudad ha sido un invento del ser humano que le posibilitado vivir y, en cierta manera, vivir mejor.

La ciudad como hábitat

Si una especie alienígena le correspondiera hacer un estudio sobre el ser humano quizá escribiría en sus notas de viaje “es un tipo de animal que suele vivir mayoritariamente en conglomerados que llaman ciudad”.

La verdad es que eso de que la ciudad es una selva de cemento no es del todo cierto, ha sido una solución útil para el ser humano que ha posibilitado que nos multipliquemos y facilitado la supervivencia.

Recuperar la ciudad habitable

Recuperar la ciudad como casa, como hogar, tomar conciencia que será el lugar donde pasaremos nuestra vida, que forma parte de nosotros y que debemos convertirla en el lugar más habitable posible.

Recuerdo aquellos años en los que los problemas políticos hicieron de la ciudad de Mérida un lugar horrible, el gobernador veía en el alcalde de la ciudad una competencia que podría despojarlo de la silla (del “poder”) y convirtió el afeamiento de la ciudad en su estrategia política, su intención, echarle la culpa al otro. Enormes montañas de basura llenaban las esquinas, proliferaron las ratas que eran vistas recorriendo nuestras calles como mascotas de la debacle y de la desorganización. Días después esa estulta estrategia política le pasaría factura.

¿Soy de Ciudad? Tengo un compromiso cívico

Soñemos y ejecutemos. Podemos recuperar una ciudad bella, agradable, bonita. En donde nos sintamos cómodos y saludables. Recuperar la belleza de nuestras calles y transformarla de una selva a un jardín. En el jardín se pasea sin peligro alguno.

Ya en la ciudad hay propuestas interesantes que debemos apoyar e impulsar, vecinos que se organizan para limpiar una vereda, mantener  y crear jardines, embellecer la vecindad, esfuerzo de todos, lugar más tranquilo.

La clave: la organización

En notación musical la clave da inicio al pentagrama, es ella la que da el nombre a los espacios y líneas que darán origen a la música. La organización es la clave generadora de una ciudad posible. Hemos visto en los últimos años que el Estado ha sido incapaz de resolver las necesidades más elementales: salud, electricidad, basura, transporte, combustible. El Estado ha fallado en su función que justifique su existencia, su único objetivo, de hecho, ha sido mantenerse en el poder.  La organización ciudadana que nos permite embellecer y darnos cuenta que juntos podemos hacer algo significativo para mejorar nuestra existencia, dejar de considerar la ciudad como una calle de cemento y convertirla en una casa común.

La visión Cristiana

Cuidar la casa común, cuidar la creación. El papa Francisco nos ha invitado frecuentemente a cuidar el planeta, para ello es necesario un acuerdo planetario que disminuya la contaminación, cambiar estilos de vida y optar por energías renovables y que generen menor cantidad de gases que producen recalentamiento de nuestra casa.

Desde las diferentes posturas confesionales, inclusive desde la postura no creyente, el cuidado de la ciudad puede ser una excelente propuesta de acercamiento y diálogo no desde lo teórico ni dogmático, sino desde lo humano. Jesús es verdaderamente humano y quiere que tengamos una vida digna. 

Fermento 04

20/01/2021

pjltoro@gmail.com

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